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¿Cuánto vale un libro? ¿Por qué el precio lo marca el editor? ¿Quién y cuánto ganan de cada libro vendido? ¿El libro vale lo mismo se venda o no se venda? ¿Por qué se protege el precio por ley? Así, una entrada llena de preguntas que tienen respuestas, pero no sé yo si están actualizadas con los tiempos que corren y las nuevas tecnologías aplicables.

Me gustaría razonar este artículo desde el principio. Perdón si en alguna ocasión hiero con algo que diga, no es mi intención, lo que sucede es que cuando "aclaramos" es como cuando usamos alcohol sobe la herida, que limpia, pero escuece.

Me gustaría empezar por el origen de todo: el autor. La experiencia me ha mostrado diferentes autores y que los editores reconocerán también de inmediato. Pero lo que parece ser una norma bastante común es que normalmente los autores que más venden son flexibles, cercanos, comprensibles... Sin embargo lo que son exigentes, encarados, nada tolerantes, desconocedores del sector editorial y que suelen ser nóveles (con V, claro), son los que se quejan porque sus ventas no suelen superar la centena (en el año). "Mi libro no estaba bien distribuido..." (pero las demás sí, vaya). "El editor no tiene fe en mi obra..." (pero ha invertido varios miles de euros en publicarla). Y a toro pasado, por lo visto, "el contrato era leonino y  ¡me dejaba sin posibilidades!" En fin, así un infinito de diretes que tratan de explicar al mundo por qué nadie ha entendido su trabajo. Añadiré que este tipo de autor es el menos, pero pesa mucho por el tiempo que quita y el dinero que te hace gastar.

texto blog¿Pero cuánto cuesta un libro? Pues bien, como norma general se suele aplicar un séxtuplo del valor del coste de fabricación. A partir de ahí, el editor mide las circunstancias y las posibilidades y aprieta o estira el PVP final. El PVP, con el IVA incluido que todavía sigue siendo el 4% y, dicho sea de paso, si el Gobierno decide subirlo será la puntilla para que el sector muera definitivamente. Por cierto, ya que hablamos de IVA todavía nadie me ha explicado por qué los libros de papel se fiscalizan con un 4% y los e-book con el 21%. ¿Pero bueno, qué se pretende incentivar, la lectura o el papel?

A partir de tener valorado el precio, y descontando el valor del IVA, a grandes rasgos podemos decir que el 50% de precio lo percibe el distribuidor, que se encargar de liquidar con el librero, que normalmente está estipulado en un 30% del precio. El otro 50% lo administra el editor, con el que tiene que pagar a los profesionales de la edición (artes finales, fotografía, traducción y corrector (si los hubiese), a la imprenta, al autor entre un 8% y un 10%, los gastos generales de la editorial (sueldos, luz, internet, distribución, etc. y al que por fin le queda entre 2% y 5% de beneficio al editor. Bien, la verdad es que todo está relativamente bien repartido, ya que el editor ganar esa pequeña cantidad de todo lo vendido y el librero una buen porcentaje, pero solo de los libros que él ha vendido. Se ve que más o menos hay un reparto proporcional y ajustado.

¿Pero qué ocurre cuando el libro se vende mal? ¿Cuánto vale entonces el libro? Dicho de otra forma, que es lo que afecta al autor: ¿cuánto vale el esfuerzo intelectual de la obra? Pues mire usted, si su obra no se vende... ¡vale cero! Así, clara y llanamente. Pero oiga, ¿y mi tiempo, mi intelecto...? Pues valer, vale, pero no se cotiza. Esa es la realidad. Y entonces nos encontramos con el problema de siempre: ¿Qué ocurre con los libros no vendidos? Que se los come el editor. No recupera su inversión, acarrea con los costes de distribución y almacenaje, los de la imprenta y proveedores varios. Claro, esta es la razón por la que el editor "protege" su inversión en contrato, siendo el propietario de la parte industrial del producto y por lo tanto marca el precio PVP y decide sobre el cambio de precio, su saldo o destrucción, aunque esté obligado a comunicárselo al autor. Pero las cosas por lo general no son tan frías ni distantes. Si la relación autor-editor es buena, todo esto se habla y se dispone entre las partes. Ya digo que el autor auto suficiente, son una gran -pero plúmbea- minoría

Así se entiende que en estos tiempos de crisis editorial, algunos editores están llegando a ciertos acuerdos con el autor, que básicamente consisten en que el editor no está obligado a pagar la remuneración hasta que no haya recuperado la inversión de la fabricación del libro. ¡Pues me parece muy razonable! Y además, es una forma de emprender parte de los cambios en el sistemas editorial de los que ya hablé hace semanas.

El precio del libro se discute mucho, sobre si es o no es igual que un libro de papel o uno electrónico. Hay quien defiende que un e-book debería gratis o casi gratis, porque no hay costes de edición -¡Sí, es que la ignorancia es muy osada!-. Y lo que no sabe la gente en general, es que para que ese libro esté disponible y que cualquiera pueda tener la oportunidad de acceder a él (hablo siempre pagando, claro, que el pirateo para mí ni existe... jejejeje...) hay un autor, una plataforma (editorial o libre) que cuesta dinero su existencia, un maquetador, a veces también un traductor, un corrector y un fotógrafo; y desde luego fin de lucro, porque sin ese objetivo tan legítimo como es ganar dinero, no habría nada y aún siendo el siglo XXI d.C. seguiríamos todavía en el XXI a.C. ¿Que se puede hacer  -y se hace- más barato, pues sí, pero no solo por la fabricación del libro, si no porque hay una serie de procesos que han desaparecido como los distribuidores, transportistas y almacén.

Pero me parece cicatero que un lector presuma de culto por el hecho de leer (¡qué ya es mucho!) y luego ponga pegas al precio de un libro porgue no toca cartón... Nos falta tiempo y visión de futuro. Nos sobra tacañería y seguir mirando hacia atrás.

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La historia de un libro está siempre ligada al autor, no tanto por lo que cuenta como por lo que transciende en los lectores. Eso explica que haya libros que reediten a lo largo de su historia y otros que no agoten ni la primera edición.

Es el caso de Memorias de veintisiete días, de Carlos García-Mauriño Longoria, un estupendo libro que he tenido la ocasión de editar por encargo. Un trabajo celosamente cuidado por los herederos del autor. Ya verás, déjame que te lo cuente, porque es una historia interesante, y para mi gusto, más bonita que interesante.

Carlos García-Mauriño Longoria era Registrador, estaba casado y destinado en Ronda (Málaga). Justo un día antes de que se produjera el Alzamiento Nacional, el 17 de julio de 1936, decidió -seguramente llevado de su profesionalidad-, hacer un diario de cómo eran las cosas que pasaban y cómo afectaban al pueblo y a su familia. No lo hizo con afán de publicar, sin duda, pues no hubiese incluido aspectos de sus pensamientos íntimos, que su mujer censuraría posteriormente en la segunda edición, por un sentido lógico del pudor.

1ª edición MEMORIA 27 DÍAS001
Primera edición, publicada después de la Guerra Civil a cargo de su hermana Matilde (monja) con una tirada de 100 ejemplares.

Esta primea edición que data de los años '40 se realizó exclusivamente para la familia "...y en modo alguno para la venta", como dice en la Nota bene de esta edición. La mujer del autor, Matilde Martínez Caballero de Tineo, al terminar la Guerra Civil, entregó a sor María García-Mauriño, hermana  de su marido, las 541 cuartillas de las memorias que redactó entre el día 17 de julio y el 12 de agosto de 1936, donde día a día, hasta 27 fue detallando todos los hechos, los que se daban en la calle, las noticias por radio de España y las "pequeñeces" que ocurrían en casa. La familia cuenta ya con ocho hijos, y su mujer Matilde esperando el noveno -aunque uno de los pequeños, Socorrín, en el transcurso de estos días muere con ocho meses. Hay que tener en cuenta, además, que de forma habitual en la casa había familiares pasando el verano o de paso, más el personal de servicio. Una casa con familia numerosa era una labor costosa de sacar adelante y además también e la casa estaba el el archivo del Registro y las personas que trabajaban junto al autor..

2ª edición MEMORIA 27 DÍAS001
Segunda edición a cargo de la viuda e hijos del autor. La portada es de Epifanio Tierno e impreso en Gráficas Rodríguez, de Madrid en 1995

La segunda edición aparece en 1995. A cargo de los hijos, que ya peinaban canas, y la viuda del autor, con el objetivo de que la muerte de su padre no sirviera para hacer dinero, si no para dar a conocer el deseo de perdonar y olvidar. Esta edición, de tamaño algo mayor y con solapas, pero también de hechura sencilla, se mantenía fiel a las viejas cuartillas de su padre, incluso se respetaron algunas erratas o posibles equívocos al ser letra manuscrita, aunque era clara y casi sin ningún error posible. Esta segunda edición aportaba  una novedad: un prologo-carta titulado "Prólogo para gente nueva" dirigido a las generaciones más contemporáneas de los nietos del autor, que no vivieron de primera mano aquellos años desastrosos de odio y muerte, con el objetivo de llegar a sus conciencias para que ninguno olvide que el esfuerzo de muchos miles de hombres, mujeres y niños muertos en ambos bandos, deben servir para que nunca se repita semejante parte de la historia.

3ª edición MEMORIA 27 DÍAS002
Tercera edición, impulsada por la familia con el fin de que la verdad vea la luz y las nuevas generaciones aprendan de la historia y no se vuelva a repetir los errores del pasado.

La tercera edición es de 2013. Esta edición sale a la luz a raíz de que un joven registrador descubre el un juego de fotocopias del libro de la segunda edición y propone al Colegio Oficial de Registradores la edición del libro en colaboración con la familia y una editorial que la distribuya y dé a conocer al publico en general. El Colegio se divide en dos y mientras unos votan en contra para no identificarse con una parte del conflicto, la otra dice que es un ejemplo para todos los profesionales y deben darse a conocer. Las negociaciones se alargan en  más de un año. Entre otras cosas la familia del autor sigue manteniéndose fiel la voluntad de su madre de que no se haga dinero con las memorias de su marido, y la idea de que una editorial se encargue de la edición desaparece y se propone una edición no venal en el que el Decano del Colegio escribe una breve introducción a la publicación. Entre los registradores colegiados, se hace una voluntaria aportación económica para la publicación y finalmente se publica en noviembre de 2013. Hay que nombrar al coordinador de este trabajo Carlos García-Mauriño Díaz, nieto del autor, cuya tarea ha sido imprescindible para la calidad y el final feliz de la edición de la obra.

Es en esta tercera edición trabajé verdaderamente entregado para su publicación. La portada con solapas y plastificada en mate, representa a la familia del autor y un fondo de los trazos manuscritos de una de las fichas de sus memorias originales. En la trasera de portada aparece el puente de Ronda, lugar señero del pueblo. El color utilizado ha pretendido ser sobrio, jugando con la idea de un pasado remoto pero histórico. Los interiores en papel ahuesado y el cuerpo en 12 puntos y el interlineado amplio para que la comodidad de lectura sea excelente.

Criteria Club de Lectores se responsabilizó de la distribución a los colegiados que aportaron dinero para su publicación y hacer llegar a otros registradores interesados en la obra

Carlos García-Mauriño Longoria fue asesinado el día 14 de agosto de 1936, con 39 años de edad, la manos atadas a la espalda con alambre de espino, de rodillas y un tiro en la nuca. Lejos de fomentar el rencor, siempre, todos los familiares (los hijos, su viuda y sus hermanos) siguieron de cerca el ofrecimiento de su muerte por la salvación de España y el perdón de sus verdugos.

“Allí, a mi espalda, en la puerta de aquella iglesia, llena en su interior de un templo budista, se formó un corro de orientales que susurraban en su idioma. Me miraban y señalaban con el dedo hacia el otro grupo de ciudadanos que rodeaban al recién fallecido”.

dentro de la caja del violin PORTADAEl autor experimenta con un estilo de corte surrealista la explicación del teatro del mundo, donde cada uno jugamos un papel tan desconocido para nosotros mismos como único y especial para los demás. La inspiración de tipo existencialista contemporáneo, donde refleja de forma inequívoca el nihilismo pracmático de la sociedad y la soledad que sufre cuando el hombre solo mira por el hombre.

La novela está narrada en primera persona porque creo que aporta mayor credibilidad a la historia y está escrita desde un misteriosos manicomio, donde se encuentra encerrado el protagonista. Paralelamente a los hechos que se desarrollan en el argumento, se van descubriendo algunas anotaciones al margen, en la que el narrador deja al descubierto sus pensamientos. Con estos apuntes -las breves notas- pone en tela de juicio el cuidado médico recibido, la relación entre los pacientes con los cuidadores o la dignidad que estos seres en estado de mayor vulnerabilidad pueden llegar a padecer por parte de la sociedad o el mismo personal del psiquiátrico. La historia no permite que hasta el final de la novela, se descubra cuál es el resultado de tantos y curiosos sucedidos que vive el protagonista.

Es una novela intimista, surrealista, que se lee todo de corrido sin diálogos abiertos. Cada párrafo muestra la escena y la conversación, formando una narración compacta que da un tono muy cómplice entre el lector y mis personajes.

La considero de lo mejor que he escrito como calidad narrativa y originalidad de la puesta escena. ¡Que os aproveche!

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Caja violin LEEDONAPero el caso de LeeDona es un nuevo y genial servicio de lectura para personas que desean leer y donar la cantidad que ellos consideran justa por la obra (mínimo 1 dolar). ¡Me parece una idea genial! Yo he incluido esta obra en esta plataforma tan original. La puedes descargar en PDF, EPUB o MOBI.

La descargas... la lees... la valoras... ¡y donas la cantidad de dinero que tú consideras que vale esa obra! Ahora, como condición ética de LeeDona, no permitirá que te descargues ningún libro más si no has donado la vez anterior.

Tienes un gran abanico de posibilidades para leer, además de mi novela, claro 😉 Pero si la quieres en papel, también está disponible en ESTE ENLACE

PORTADA 2Todos lo hicieron mal, es un trepidante historia en un triángulo complicado entre un padre, su mujer y la hija adolescente de ambos. Nada que ver con Una vuelta de tuerca, en este caso profundizo en las relaciones interfamiliares cuando las decisiones que se toman se hacen sin contemplar el bien común.

La idea era publicarla después de verano, de cara la campaña de Navidad, pero me asaltó un mail a mi correo personal donde me invitaban a participar en un concurso organizado entre La esfera de los libros y Amazón. Y me picó tanto el reto de participar que decidí PORTADA 3PORTADA 1invertir esta novela, y entonces me he adelantado unos meses y convertirla como lectura electrizante para este verano.

Muchos de vosotros,  a través de Face Book y otras redes sociales, participasteis en la selección de portadas y l mayoría de los votantes seleccionaron la de "los pies" , luego la de "el árbol" y finalmente la de "la chica", que es como todos denominaban a las portadas de forma muy directa.

Hay quien me preguntó lo de los títulos, y me voy a explicar: la novela tiene vocación de trilogía y cada uno de los libros se llamará inicialmente Todos lo hicieron mal. Este primer libro se llama Tom, el fuerte; el segundo será El perro de Ben; y el tercero... todavía no lo sé. Pero en cualquier caso es una trilogía dedicada a la mujer, pues el personaje principal de nombre Jill, pasa por las tres edades principales: adolescencia, juventud y madurez.

Se trata pues de que la conozcas y te dejes seducir por ella. Es un concurso con cinco finalistas que se seleccionará finalmente un ganador con publicación en papel por parte de La esfera de los libros y en digital y por demanda a nivel mundial en Amazon. Por lo tanto es una bicoca para cualquier autor y me gustaría participar de esa ilusión y hacerte participar de ella también a ti. La forma de seleccionar y ganar es de dos formas tan sencillas como directas: por el número de descargas y por los comentarios de los lectores.

P.D.: Me gustaría que PARTICIPARAS de este concurso y me ayudarás a triunfar. La novela no defraudará. Mira en el enlace la sinopsis, incluso lee una parte de la novela. Además puedes regalarla a quién tu quieras o prestarla a un amigo por 14 días...

P.D2.: Ya no es necesario tener un Kindle para leer un libro en Amazon. Simplemente necesitarás descargar una de las aplicaciones de lectura Kindle gratuitas para dispositivos Android, iPad, iPhone, Mac o dispositivos Windows 8. VER AQUÍ

Gracias por todo 😉

 

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BabelLos editores dan vueltas y vueltas en la torre de Babel del sector editorial. La idea es cómo salir del agujero, porque nadie sabe cómo hacer para reactivar un sector tocado profundamente por la caída de ventas y un mercado saturado de novedades incapaz de digerirlo con dignidad.

Que el sector está tocado, es un realidad dolorosa, sobre todo por los que viven en él y de él. Al principio, cuando se negaba la crisis allá por el 2009, las editoriales todavía vivían bien. Luego, cuando era ya tan evidente que no se podía hacer nada excepto hundirlo todo para volver a empezar desde el principio, las grandes vivían de las rentas. Y ahora, cuando la crisis ya no es financiera, si no de consumo, todos nos echamos las manos a la cabeza porque todo está roto y no hay mecánicos lo arreglen. [Las razones de la crisis la traté en otras entradas VER AQUÍ]

Quizá muchos lo han pensado, pero nadie lo dice en alto. Quizá la situación pide a gritos una cura con hemorragia, porque sobre todo la estructura del sector debe cambiar. ¿Puede ser porque muchos quieren seguir viviendo de un libro de 20 euros? Cuando la familia es la misma pero entra solo el 20% de lo que ganaba hace 5 o 6 años, es difícil levantarse de la mesa sin hambre.

Vamos a ver: desde que el autor pone una obra en manos del editor, hasta que un lector toma la decisión de comprarlo, hay al menos un distribuidor, un librero y un transportista que cobran por ese producto, más los costes de fabricación, el % del autor y las necesarias ganancias del editor para seguir pudiendo invertir en nuevos productos. Que no digo que sea injusto, que cada obrero es merecedor de su salario, pero lo que no da más de sí es lo que un libro es capaz de hacer por tantos.

Y si el sector no se renueva en  estructuras y planteamientos de formas en el negocio todos -TODOS- moriremos. Los tiempos cambian que es una barbaridad, y nosotros nos empeñamos en seguir siendo lo que éramos, y no, ¡qué no vamos! que así no vamos a ninguna parte.

vieja librería¿Y qué es lo que yo creo que será tendencia en el plazo de los próximos cinco años?

Pues que los distribuidores quedarán reducidos a unos pocos, enormes y poderosos, para editoriales de gran rotación y el resto de las editoriales medianas y pequeñas, trabajarán directamente con el librero interesado por su fondo e incluso con el particular en directo. Es por esto que algún editor ha desistido ya de trabajar con distribuidores; ¿que venderá menos? (o no), pero lo que vende lo vende y arriesga lo justo en producto, transporte, etc. Da más descuento al librero, pero trabaja en firme. No dudo que ya es una tendencia real en pequeñas editoriales con fondos muy definidos cuyos lectores saben a qué librerías dirigirse para adquirir los textos.

Las tiradas menguarán, sí, aun más, ya que las tecnologías permiten trabajar desde la unidad. Y entonces tocará hacer números muy serios, porque la tarta, cuantos menos libros vendidos, a menos ración toca.

Las novedades sufrirán un importante freno y los editores tendrán que saber discernir con más claridad qué es lo que va ebook, qué serán pedidos por demanda y qué destinará a distribución general o local en formato de papel. Hay una banda más ancha para vender, el mercado es más universal y las puertas son muchas, pero por ellas pasan muchos entrando y saliendo a la vez, y habrá que saber cómo organizar los turnos para atropellarnos.

El autor y el editor se convertirán en un equipo asociado por medio de un contrato que les una en el riesgo mercantil del producto (de hecho, está pasando). Ya no existirá el autor que escribe y mientras duerme le llegan los royaltis. Ahora el autor se convierte en un trabajador de su obra, vinculado a su capacidad comercial, y será él quien se empeñe en que su libro se vea y reconozca a través de presentaciones, entrevistas, remitidos a prensa y críticas literarias que, junto al editor, harán que las redes sociales ardan con su nombre y su título. Y el editor será un agente literario de sus autores, propagador de la distribución, buscando huecos en el mercado donde meter sus títulos, procurando oportunidades al autor. Cada uno en su papel para un proyecto común.

Los acuerdos económicos se revisarán de arriba a abajo: entre el autor y el editor (pago de la edición y cobro de honorarios); los descuentos de  las ventas, si son directas a librerías subirán; si son descargas dónde y cómo; si es por demanda, quién se encarga de suministrarlo; si es el distribuidor habitual, hasta que punto se compromete en la venta del libro, no solo "colocar".

Tiene que desaparecer el sistema de depósito. Es casi el único sector industrial (sino el único) que trabaja de este modo. No puede ser que solo sea el editor quien arriesgue financieramente en el producto. Es un sistema "demasiado cómodo" para todos, menos para quien edita, y que lo que sobra le retorna sin ninguna responsabilidad por aquellos que se hacían cargo comercialmente del producto.

Y por ultimo flexibilizar la Ley del Libro, en lo tocante a dos aspectos: primero, libertad de contrato entre autor y editor, respetándose y dando por valido jurídicamente los acuerdos tomados entre ambos; y segundo, la posibilidad de tocar el precio en libertad de mercado. ¿Por qué si un librero ha conseguido un buen descuento del editor, no puede ofertar al mercado más barato que otros? Sí, lo sé, para muchos es demasiado liberal esta idea, pero pregunten, pregunten a los autores si prefieren vender ejemplares de su título porque alguien puede hacer una oferta aunque gane menos, que por tener un precio "digno" y blindado con una Ley restrictiva vea como los lectores se tiran a otras ediciones de bolsillo, si las hay, claro...

Espero aportaciones, que seguro que las hay y muy interesantes.

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Otros lugares donde conseguir la novela:

En la cadena de Librerías Troa --> VER

En Criteria Club de Lectores, con la posibilidad de que la pidas dedicada (solicitarlo en el pedido) --> VER

Descargar digital en EPUB en Amazon --> VER

Descarga digital, en PDF en Avanza Books --> VER

Por último os dejo con el book trailer de la novela:

El pasado día 10 de junio participé en un programa de debate político junto a Javier Algarra (Director de El Gato Al Agua) y Miguel Bernard (Secretario General Sindicato Manos Limpias, junto con Javier García Isac y Santiago Velo de Antelo. Temas vivos de  actualidad.

Dentro de la caja del violín 1ª edción001Cuando escribí esta novela de corte surealista, disfruté como con ninguna. No sé que se cruzaba por mi cabeza en esa época (2002), pero salió del tirón. Escribía en los trenes de cercanías cada vez que iba o venía de casa al trabajo y viceversa, en un ordenador portátil. Por entonces ver eso en transportes públicos, era una friKada.

Dentro de la caja del violín es una historia rara, cuyo protagonista, un joven aburrido e instalado en la vida, se ve trasladado a un barrio desconocido donde la gente pulula con vida propia en un ambiente de barrio y cuyos personajes le envuelven misteriosamente. Unos le empujan y otros le impiden a cumplir una extraña misión encargada por un ciego violinista y un camarero de mirada glauca, pero mudo.

La historia está narrada en primera persona, desde el manicomio donde después de toda su aventura es ingresado. Lo escribe a petición de los doctores del psiquiátrico con el fin de que aclare mejor las ideas. Esa narración le lleva una y otra vez a opinar sobre el trato recibido en la clínica, sus rarezas, sus pensamientos, donde en ocasiones se siente utilizado y otras respetado.

Dentro de la caja del violín 1ª edción Contraportada002Sin duda, aquellos que gustan bucear en las historias raras, donde de una página a otra parece que el sentido de la historia cambia, pero que otras páginas más adelante cobra de nuevo sentido, es la novela adecuada. Un elenco de personajes maravillosos con los que disfruté mucho durante su creación. El chino canalla que nunca hablaba y que se empeñaba en dar muerte al protagonista pero que finalmente termina el suicidándose;  Pelícano, un enano perverso y que gasta la mala leche de un psicópata obseso por el sexo; Damián, el amo de la pensión donde todos se hospedan y cuyo hijo formará otro de los muchos nudos que se juegan en la trama; la vieja loca, borracha y gritona; un vendedor ambulante; el frutero, Nicasio, que será una especie de protector -o no-...

Junto al sufrido personaje central, le acompañan una joven a la que debe salvar sin saber de qué ni por qué, y otro muchacho flaco y adolescente enamorado de un prostituta sobre la que trata de llamar la atención bailando en el balcón de la pensión en calzoncillos de estampado de leopardo. Juntos deberán conseguir salir de dentro de la caja del violín.

La caja del violín es ese mundo loco donde se concentran todas nuestras esperanzas y frustraciones, éxitos y fracasos, amores y odios... Es el teatro de la vida, es el papel que nos toca a cada uno jugar sí o sí. Y la vida es ese mundo de locos donde todos nos damos la mano aunque no nos miremos.

Como última anotación, decir que me sorprendió por FaceBook una chica de Barcelona y me sorprendió preguntándome que si yo era el autor de esa historia. Sí, le dije yo un poco desconcertado. Me dio la enhorabuena y me comunico que pertenecía a un grupo de teatro en el que estaban haciendo una adaptación para la representación de Dentro de la caja del violín. Y que otro colega del director quería hacer un corto sobre ella.

¡En fin, qué más puede pedir un autor desconocido que otros quieran hacer suyo la obra que uno ha parido!Dentro-de-la-caja-del-violín

 Este es el aspecto del libro en algunas de sus páginas. Las paginas en blanco es donde se desarrolla la historia. Como puedes ver hay unos bolos con un número, esa es la página donde se encuentran las referencias a las reflexiones del protagonista, que son las que aparecen en las páginas de blanco sobre negro. ¿Creo que es original, no?

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Hace unas semanas tuve la oportunidad (y la suerte) de participar en un coloquio en el blog de Mariana Eguaras, que recomiendo vivamente si eres editor, agente literario o autor con pretensiones.

Como el tema era sobre qué era y qué no era la coedición, y desde mi sello hacemos acuerdos con algunos autores en esa línea de colaboración, quise participar, y traslado lo que dije sobre esta forma de publicar en una editorial seria y responsable con su sello, de manera que haga su trabajo como editor y no como funcionan algunas otras que solo participan como impresor o publicadores.

coedicion GALERADAS

La realidad es que por motivos de la crisis, las pequeñas editoriales viven muy “malamente” de su fondo. La crisis, antes financiera y ahora de consumo, está hundiendo las ventas de manera desastrosa. Pero esto debe poner a los editoriales en guardia, y no dejarse llevar por la  decadencia de salir del paso con lo que sea. Por eso me gustaría reseñar que el fondo, la calidad del fondo, es muy importante cuidarlo, pues se trata del resultado de muchos años de esfuerzo hasta conseguir el crisol por el que el público te conoce y te define para bien o para mal.

Los sellos independientes, con una financiación personal, es decir, sin ningún grupo de comunicación, financiero o institucional que les ampare, hoy no son capaces de subsistir debido  las menguadísimas ventas de los últimos 10 meses (por poner un tiempo cercano y real). El único resorte que les queda es atender a esos autores valiosos -que los hay y muy buenos-, y proponer una coedición en la que el autor corre con el valor de la inversión de fabricación y la editorial de la distribución, comercialización, administración y almacenamiento. Puede parecer desequilibrado, pero no lo es. El autor aporta la obra y el dinero de la publicación, pero sin la capacidad de implantar el producto en el mercado y una distribución nacional REAL sería imposible. Y esto vale mucho más que lo anterior, porque si eso no fuese así, el valor añadido de la editorial no tendría sentido ni tan siquiera en condiciones normales de mercado.

El problema es viral. Las editoriales no venden lo suficiente para invertir en nuevas obras. Y así los autores no encuentran editor que apueste por su trabajo. Un círculo muy, muy, muy viciado y que solo resta a ese mal, la posibilidad de la coedición con el autor con una labor profesional y encomiable, como una auténtica sinergia para ganar la guerra a la incultura de la falta de publicaciones.

María Eguaras me responde a esta introducción y me responde muy acertadamente:

Hola Humberto. (...) La coedición no es mala, nada lo es en sí mismo, sino el uso que se hace de ello. Sin embargo, creo que es necesario matizar sobre lo siguiente: los autores visitan la página web de una editorial creyendo que es una editorial tradicional, un “de las de toda la vida”, y se encuentran que en algún punto del proceso, luego de aceptar su manuscrito para publicarlo, le piden dinero. Esto los autores perciben mal (incluso como una tomadura de pelo), porque ellos han supuesto -acertadamente, ya que en la página web de la editorial no hay nada que indique lo contrario- que la editorial se haría cargo de la edición y publicación de su libro.
Por otro lado, no estoy muy segura que si las cuentas de una editorial no cierran deben proveerlas de fondos los autores… Es un tema complicado, en especial, porque las editoriales son una industria cultural y el libro es un producto cultural.
Una de las preguntas concretas es ¿qué motiva a un autor a poner dinero para que le publique una editorial si puede autopublicarse por menos dinero, incluso en papel?

 A lo que le respondo con claridad lo siguiente:

Buenos días María, gracias por la réplica, pero considero que tu respuesta es una especie de paraguas que trata de responderlo todo y me gustaría distinguir algunas partes de ella, porque yo hablo de cosas diferentes.

Estamos de acuerdo que hay empresas que tratan de “utilizar” la pasión natural del autor para sacarle dinero. Incluso, siendo un poco cínico, podría decir que dan lo que en el fondo desea el autor: ver su obra en formato de libro, pues consideran que así es como está bien rematada su creación. Lo malo es que esas prácticas, en ocasiones, son poco éticas y lo hacen con ciertos extraños subterfugios que son los que crean la frustración.

Pero nosotros, -al menos en mi pequeña editorial-, no hacemos eso por las siguientes razones:

–> Primero, nunca publicaremos una obra que haga daño al fondo de mi editorial, ni por su calidad literaria ni por su contenido inmoral o vaya en contra del espíritu de la línea editorial.

–> Segundo, siempre procuramos orientar al autor para mejorar la obra, ya sea en el sentido general de esta, mejorando por ejemplo su estructura, asesorando sobre aspectos convenientes o participando en el diseño gráfico.

–> Tercero, ningún título, lo pague quien lo pague, es un verso suelto en la editorial. Cada título está siempre circunscrito a una colección, con su línea gráfica incluida. No admitimos que un autor aunque sea coeditor de su obra, se salga del estilo previsto que a su vez retroalimenta a la colección completa, incluido a su propio libro.

–> Cuarto, nos responsabilizamos de la promoción del título en redes sociales, medios de comunicación e incluso según los acuerdos alcanzados con algunos soportes, también de publicidad. Y esto porque consideramos que “ese” título es parte de nuestra editorial y nos involucramos en él como con todos.

–> Quinto, damos lo más importante que una editorial puede conseguir (y un autor por su cuenta nunca tendrá): la distribución nacional y años en el mercado, que como sabrás es un referente para que al menos en principio tengas un hueco en librerías y diversos lineales o mesas de novedades. Otra cosa muy distinta es la venta que se pueda o no producir en la librería, que como sabes nadie puede controlar.

–> Sexto, toda la parte administrativa la sume la editorial, y, disculpar la expresión, no es moco de pavo… Esto incluye desde dar de alta el ISBN, distribuir, comercializar, cobrar, pagar, almacenar… etc.

–> Séptimo, antes que el autor tome una decisión final, se le presenta un presupuesto del proveedor habitual de la editorial, en el que no gana ni un céntimo, hasta el punto de que si el autor lo desea, puede pagar él directamente a la imprenta.

–> Y octavo: no editamos ningún título que no tenga previamente firmado un contrato que convenza a ambas partes y proteja los intereses de todos.

Todo esto responde a tu pregunta sobre qué es lo que a un autor le puede motivar a poner dinero para que una editorial se lo publique y no lo haga él por sus propio medios, por menos dinero (que lo dudo).

Las editoriales son empresas industriales que trabajan con productos culturales (aunque habría que definir que es cultural, ¿todo lo que va en forma de libro? ja,ja,ja…) y como tal cubre sus necesidades hasta que deja de poder cubrirlas; sin embargo, desaprovechar el potencial, su experiencia y su fondo de mercado es una pena si no se hace.

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Hace dos entradas, tratamos la crisis del sector editorial desde el punto de vista de la adquisición de la lectura; ahora me gustaría hablar de la crisis eterna, la del consumo de la lectura en el acto de leer. Esta crisis fue, es y será, porque lo lectores son pocos, y la sociedad pos moderna con sus teorías, sus inventos y su globalización avanzada, no ha logrado que haya servido para que redunde en la cultural del ser humano. La cultura sigue siendo restrictiva y dentro de ella, los empeñados en serlo, siguen siendo una minoría.

1395079808194Lo he dicho todo, o casi todo, sobre lo que sucede en el panorama lector medio de nuestro panorama social. No quisiera ser negativo pero parece, al menos desde lo que las editoriales perciben, que la lectura ha tenido una caída brutal que se suman el 50% al 50% del año anterior... ¡Una hecatombe! Pero yo creo que esta situación es un fantasma cruel que se cierne sobre las cuentas de resultados, pero que no es cierta. Editores grandes, medianos y pequeños, estamos ante un enorme cambio de negocio que no sabemos cómo meterle mano. Las redes sociales se fagocitan unas a otras y el consumidor, resabiado más que listo, busca el gratis total.

Tenemos tal diversidad de acceso a la lectura, desde la tradicional librería, las librerías on-line (analógico o digital), lo que te sale solo en "San Google", los PDF de circulación libre, los blogs de escritores, etcétera, que a las editoriales solo nos queda sobrevivir de ciertos éxitos del pasado, alguno efímero del presente, y la incertidumbre del futuro. Queremos inventar algo que no sabemos para qué. Todos tenemos miedo. Hoy solo nos queda ligar libros a película de éxito, a un escándalo político, o a las verdulerías varias con extra de sexo raro e inexistente, también los clásicos de siempre pero en ediciones o muy baratas o súper caras.

El gratis total. Una gran trampa total. Muchos autores, en la esperanza de ser leídos, están dispuestos a regalar su trabajo, aunque luego exijan sus derechos de contrato al editor aunque solo haya vendido una docena de ejemplares. También muchas editoriales regalan sus libros procedentes de sobrantes de almacén (¡vamos, lo que no hay quién lo venda!) y todos, editores y autores, se han dado cuenta que es tan difícil regalar como vender un libro -en definitiva, colocar-, porque un libro a diferencia de un bolígrafo, una sartén o un edredón de plumas, no es algo práctico, si no que es un producto intelectual, y como tal hay que buscar la intelectualidad para llegar a vender ¡o regalar!, no la practicidad, porque si confundimos una casa con la otra, el libro regalado terminará decorando el salón de un nuevo rico o equilibrando la nevera de un piso de estudiantes, o no.

Luego tenemos el truquito del 2x1, y eso parece que tiene algo más de sentido, pero algunos, con el ansia de aligerar almacenes, pretenden, pretenden dar de comer la ambición del lector, pero eso solo es valido si el "2" es decir, el segundo ejemplar gratuito no es morralla sino algo que está en la línea de lo que el lector elige. Vender la novela, y meter de regalo un tratado sobre la reforma de la ley agraria de 1880, no parece lo más sugerente para que pique el avezado lector. Si haces una promo, haz una promo, pero no se puede tomar por tonto al público.

Los lectores. Pero lo que es una realidad es que el que es lector, lee, independientemente de cómo lo haga. Unos son reacios a no admitir formatos digitales, otros se adaptan a un mixto y otros han descubierto las delicias de llevarlo todo en un aparato que no supera los 150 gramos, o menos -cada vez menos-. Pero lo que no tiene marcha atrás es que la nuevas generaciones empujan y lo hacen en la senda de su caminar diario y donde reciben su fondo de armario cultural: los medios más comunes (dispositivos móviles) y el colegio, cada vez más digitalizado.

Para comprender esto recomiendo la lectura de Revolución (Sekotia 2013), de Román Cendoya @romancendoya, que hace un ensayo personal de corte antropológico y 100% contemporáneo, de cómo afectan las revolucionnuevas tecnologías a las sociedades modernas que de una forma u otra les afecta en su desarrollo social o cultural. Román divide a la sociedad en colonias de afectados y denomina como Prebotónicos, a la generación nacida antes del uso natural de las botonaduras que de alguna forma automatizaban parte de su vida (interruptores de la luz), que son todos los mayores de setenta años; los Botónicos, que somos los que nacimos ya con los botones puestos como medio de alteración de las cosas, que formaban parte de nuestro natural hacer cuando nacimos, y que somos los que contamos entre los 35 y 65 años; y por último los Táctiles, que es la última hornada de seres, donde sus dedos ya no hacen clic ni clac, sino que se deslizan sobre pantallas de hipersensibilidad.

Haya cada uno y se apunte a lo que le corresponda, aunque he de decir que los segmentos de humanos se corresponden más a la capacidad de adaptación mental que a la de fecha de nacimiento, porque conozco y reconozco octogenarios empeñados en ser táctiles admirables.

Entrada anterior: La crisis editorial, según yo: consumo o la forma de adquisición de la lectura (I)