Quién soy

Vuelvo otra vez a criticar, y con justicia y verdad, los avances posmodernos de la sociealdemocracia progre. Progre, ya sabe, es lo que se lleva, aunque les moleste más a ellos cuando se lo llamas que a la derecha, eso otro de facha y ultra. Porque progre es todo aquello que pretende ser progresita, avanzado, moderno... La paradoja es que cada paso que da hacia adelante retroceden al pleistoceno donde la ley era la supervivencia de las tribus. Voy a explicarme un poco más...

Ante las libertades democráticas, que se suponen desde hace cuarenta años, donde se nos convenció de que vivir en libertad es que cada cuatro años -últimamente cada seis meses- vamos a votar, y quea podemos reunirnos, ir a la huelga, expresarnos con libertad contra el poder omnímodo, que con Franco no se podía, nos han ido metiendo entre pecho y espalda derechos edulcorados a cambio de nuestra decadencia personal, o la esclavitud de conciencia y material. ¿Puede alguien decirme -con respeto y por orden, por favor-, desde cuándo una sociedad democrática tiene leyes que obligan a una parte de la sociedad a cumplirlas o que puede tomar una decisión pero no la contraria bajo amenaza de multas millonarias o ir a la cárcel?

Leyes como la violencia de género que solo afecta a la mitad de la población solo por el hecho de ser hombre. O la ley LGTB, de la pepera Cifuentes, plantilla a la que el resto de las comunidades se han suscrito, y en la que condenan a todos aquellos, por ejemplo, que pueden ayudar a los homosexuales que desean dejar de serlo, incluso, y aunque lo solicite, el interesado. Ya fue épica la pretendida sanción que realizó el propio Gobierno de la Comunidad de Madrid al director del colegio Juan Pablo II porque se le ocurrió dirigir una circular a los padres de los alumnos anunciándoles que en ese centro se impartiría moral cristiana y católica. Ahora bién, que el tiro le salió por la culata a la expresidenta porque finalmente un juzgado lo desestimó por fundamentalista e ir encontra de la libertad de expresión e información, que como director del centro le amparaba.

Ahora en Madrid, con otro nuevo gobierno del Partido Popular en coalición con los liberales naranjas -con trazas de extinguirse según la última intención de voto-. han sancionado a Elena Lorenzo, una coach que da apoyo sin fin de lucro a homosexuales que habían solicitado sus servicios. Nada más y nada menos que por osada e ilegal la han enchufado una multa de 20.001 euros, en plan "a ver quién es el guapo que es el siguiente", y tener a todos los colegas de Elena empotrados contra la pared, y no le queda otra que pedir ayuda para sufragar tal palo que a la velocidad que lo ha conseguido muestra la cantidad de gente que está en contra de esta reducción de la libertad personal..

La Iglesia ha dado la cara, no todos, aunque parece que sí están de acuerdo en el mensaje, porque Mons. Argüello también denunció que la Ley contra la LGTBIfobia de Madrid (elaborada por el PP) “prohíbe explícitamente el acompañamiento religioso y espiritual”, algo que “es profundamente anticonstitucional”. Pero nadie más, excepto ese partido verde y ultra que Sánchez le tiene como al innombrable, parece que es el único dispuesto a enseñar los dientes a leyes de este pelaje. Los demás compiten en ser progres, muy progres y súper progres y -discúlpenme-, el último marica.

¿Dónde esta la sociedad de las libertades y el igualitarismo? ¿No ven los ciudadanos de toda condición que una ley que castiga sólo porque cambias de opción, y que sólo en una dirección es al final un cepo para todos? ¿Dónde están los ciudadanos heterosexuales y homosexuales que no salen a la calle a defender sus libertades? Somos capaces de pasar frío o calor en una manifestación contra el cambio climático y no movemos un dedo por el cambio de opinión personal. Sociedad muy rebelde mientras no nos afecte. ¡Pero, ay, cuando nos tocan la fibra...! Entonces se nos aplicará el famoso poema escrito por Martin Niemöller, pastor luterano alemán, cuyas versiones más conocidas comenzaron a circular en los años 1950:

 "Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.

Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.

Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.

Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.

Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada"

Verdad y justicia. No hay una ley que sea justa si no está amparada en la verdad, y la verdad es es radica porque es la verdad, y no es negociable. Cien veces repetidas una mentira no hace una verdad y la legislación actual pretende fabricar verdades a golpe de consenso, por los votos de personas vacías de moral, de rigor y justicia, solo con intereses que no pueden ser nada más que oscuros porque no aportan luz al bien común.

La ONU empezó a sugerir a los presidentes socialdemócratas que crearan determinada legislación convirtiendo hechos de perversión en algo legal, normalizando determinados comportamientos.Pensé que el título iba a ser una pregunta retórica, luego vi que no, que era directa como un puñetazo en el ojo. He analizado la situación actual a la luz de la historia más contemporánea, y vi cómo desde la Segunda Guerra Mundial hasta hoy, la sociedad de corte tradicional y conservadora ha girado a progre e individualista.

Todo tiene un principio. Marcos López Herrador lo explica muy bien en su ensayo La rebelión de los amos (Sekotia, 2017), donde hace una exposición clara y contundente de que los aliados vencedores, dirigidos por el gran hermano americano, quisieron construir una Europa social, democrática y solidaria y el resultado final vino a llamarse socialdemocracia, donde todos las ideas tenían cabida excepto las excluyentes y no democráticas. Se trataba de un potente muro que frenara el avance impositivo del comunismo de la URSS.

De esos años '40, el salto de los '50 y '60 se cobró con un desarrollo económico e industrial sin precedentes en la historia de la humanidad. Tanto es así que incluso decidieron firmar un acuerdo que determinaron llamar Declaración Universal de los Derechos Humanos en el que, nada más y nada menos, la familia ocupa el puesto 16 de los artículos: La familia es la unidad básica natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a protección por parte de la sociedad y del Estado. Del orden y recto cumplimiento de esto se encargó una nueva organización que vino a llamarse Organización de Naciones Unidas (ONU, 1948).

"La familia es la unidad básica natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a ser protegida por el Estado", recoge la Declaración Universal de los DD. HH.

Este éxito financiero, el amplio desarrollo demográfico y las coberturas sociales de las que gozaban sus habitantes hacían de la Europa común el paraíso de cualquier demócrata de clase media, donde ni el frío ni el hambre volvería a asolar los hogares. Sin embargo, y aun yendo todo también y tan bonito, Estados Unidos no implantó ese mismo régimen sociopolítico para sí mismo... ¡Ahí lo dejo! -y que cada uno entienda lo que quiera entender.-

Y pronto llegaron las tendencias globalistas con matices de dominación mundial. Control del mercado internacional, freno a la expansión demográfica y desarrollo de las libertades individuales. Este combinado de fuerzas, que se trenzaban entre sí generando nuevas y diferentes corrientes de movimientos sociales, reventó finalmente en el Mayo del 68 -del que por cierto celebramos el 50 aniversario, que es coincidente con el de la Humanae Vitae, ¡qué casualidad!-.

En Europa se instauró la socialdemocracia, sin embargo, EEUU no implantó ese mismo régimen para sí mismo.

Fueron los niños pijos europeos que se rebelaron contra el poder establecido y sus padres. Aquellos que les habían regalado un estado del bien estar, una vida fácil con protecciones sociales pagadas por sus impuestos, y como si hubiesen recibido un mensaje colectivo, descubrieron que les habían engañado y que lo que deseaban era libertad, que al fin y al cabo se ceñía a la libertad sexual que se les antojaba. Las tradiciones y las costumbres de familia les aprisionaban.

Más tarde, los códigos heteropratiarcales eran sus cadenas, sobre todo para las mujeres, sometidas por el varón a través de los embarazos que las relegaban a un ser mamífero procreador sí o sí. Las feministas, por un lado, y los movimientos homosexualistas, por otro, comenzaron a cerrar la pinza que ahogaba a la familia. Metodos anticonceptívos, amor libre, aborto... Más tarde, fecundación in vitro y vientres de alquiler para que quien quiera ser familia que lo sea, aunque no lo sea, ni lo será jamás.

Las ideologías eugenésicas que en Estados Unidos estuvieron tan de moda desde finales del siglo XIX, que hasta los propios presidentes promulgaban, y que la Alemania nazi lo hizo descaradamente, pensaron que no podrían seguir adelante con ellas y que todo debería ser más sugestivo sin que nadie pudiera poner en duda que su vida estaba en peligro. La estrategia, bendecida por la ONU y responsable de su impulso en todo el mundo, comenzó por sugerir a los presidentes socialdemócratas que crearan determinada legislación convirtiendo hechos de perversión en algo legal, normalizando determinados comportamientos. Para eso no faltarían subvenciones, inversiones locales y relaciones internacionales para abrirse al mundo entero.

Los niños pijos europeos descubrieron el engaño y se rebelaron contra el poder y sus padres, deseando libertad... más bien, libertad sexual.

Llevamos más de 40 años de socavar a la familia, a la unidad básica natural y fundamental de la sociedad, dejándola cada vez más huérfana, aislada y apaniguada, tratando de meter en el mismo saco a los mal llamados matrimonios homosexuales y las familias monoparentales. Por supuesto, el aborto, hoy por hoy, está asumido por la sociedad como un hecho necesario, más que nada por libertad de la mujer. Sin embargo, cuando democráticamente un país decide que el aborto no es admisible, las ordas mundiales se echan encima como acabamos de ver en Argentina y nuestro inelecto presidente, Pedro Sánchez, y Ada Colau se apresuraron a rasgarse las vestiduras  escandalizados por semejante delito siendo más feministas que las más feministas.

Pero que estos personajes digan eso, es de cajón, están obligados a ello por la trilateral internacional. El peor pelotazo llega desde dentro, desde las filas familistas que se suponen que están para defender a la familia natural, y así el nuevo presidente de Familias Numerosas, Benito Zuazu, se expresa con estas palabras: “le aseguro que voy a mantener relaciones con todas las federaciones que representan a los diversos modelos de familia, como las LGTBI o las monoparentales, para ver en qué aspectos podemos ir unidos”. En fin, si desea seguir siendo familia y no un invento progre, deberá, mientras no se demuestre lo contrario, seguir luchando por usted mismo. ¡Ánimo, hay esperanza!

Llevamos más de 40 años de socavar a la familia: los mal llamados matrimonios homosexuales, familias monoparentales y el abort.

 

Libertad. La democracia es eso, libertad. Sin embargo, cuando la libertad está consensuada por unos pocos gracias al empoderamiento al que acceden por medio de las urnas, la libertad no es lo que es, sino la forma ineludible de actuar en sociedad.

Libertad. La RAE específica hasta 12 acepciones para esta palabra que ha sido sobada, manipulada y deformada por políticos populistas, filósofos interesados y el vulgo siempre cuando le ha convenido. Pero me quedo con las dos primeras que creo que son las que de alguna forma más nos afectan:

  1. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.
  2. Estado o condición de quien no es esclavo. En democracia se vende este concepto porque se nos dice que podemos elegir libremente a quien deseamos que nos gobierne, es decir, a esos cuya confianza formalizamos en las urnas para que cuiden de nuestras vidas y favorezcan el bien común. Una libertad que nos hace creer que si salen los nuestros nuestras vidas mejorarán y, si no, no serán tan buenas como podríamos imaginar.

 

Por lo tanto tendremos que asumir la responsabilidad de nuestros actos cuando a los que votaste una vez que gobiernan, no lo hacen pensado en nosotros, sino en sí mismos. Es decir, la democracia actual consiste en que participamos en libertad para que los políticos se blinden con nuestros votos en una dictadura. Una dictadura que, cuando es mayoría, se vuelve en dictadura absoluta.

Cuando los políticos o las personas que acceden a gobernar no se rigen por los principios que les definen y son corrompidos por el poder, corrompen a los que les rodean y corrompen la razón para que todo esté de su lado, da lugar un Estado fallido porque estafa la libertad prometida al ciudadano. Cuando las decisiones de Estado se rigen por la ética del pensamiento dominante y carece de razones morales, el ciudadano está perdido porque no tiene más salida que soportar heroicamente lo que deciden por él. Entonces el punto 2 de la acepción de Libertad deja de tener sentido, porque somos esclavos de una libertad consensuada.

Populismos llenos de eslóganes y vacíos de soluciones; nacionalismos que excluyen otras formas de pensar y querer vivir; leyes que se ejecutan aboliendo uno de los principios fundamentales de un Estado de Derecho, como es la presunción de inocencia; los medios de comunicación convertidos en voceras de los intereses financieros e ideológicos; y la masa social cautiva por su baja intelectualidad, moral y reflexiva... Entonces estamos ante un país camino de la ruina. Toynbee dejó muy claro este punto: Las civilizaciones no mueren asesinadas, sino que se suicidan.

Llevamos años de vaciado moral, huyendo hacia delante de nuestra identidad cristiana, en una constante disolución de nuestros principios y nuestras costumbres. Apisonados por una cultura constante de la muerte: el aborto, la eutanasia, la maternidad subrogada, la degeneración de la lucha de géneros. Unos pocos empujan y empujan para que la sociedad sea una masa enorme y deforme fácilmente manejable.

Muchos ya lo ven como algo normal, una vana evolución del ser humano. Menos se rebelan contra este cambio pero callan cómplices, o cobardemente, casi peor. Y pocos, muy pocos, pelean arriesgando su fama, su carrera, su fortuna, estudiando y formándose para combatir desde la intelectualidad este ataque salvaje y democrático contra la dignidad del ser humano.

¿Pero qué está pasando con el feminismo? ¿Por qué este empoderamiento de la mujer contra el hombre? ¿Por qué mujeres de toda edad y condición se han radicalizado con este feminismo contaminante que lejos de propugnar la igualdad entre sexos busca la anulación del hombre? ¿Por qué los medios de comunicación se rasgan las vestiduras por hechos, que en la mayoría de los casos se desconocen las causas, victimizando a la mujer y creando una raza aparte de verdugos que somos todos los hombres?

¿Por qué frases tan vergonzantes como la del Presidente de Extremadura, señor Vara, que para felicitar el año (Minuto 6,05), tiene que hacer un ridículo esperpéntico diciendo que “los hombres matamos a las mujeres por haber nacido mujeres…”? ¿Es necesario ser tan cretino para parecer que eres moderno y contentar a un puñado de feministas que en el fondo ni ellas mismas se lo creen porque saben que es mentira?

Leyes y más leyes que pretenden armonizar pero sabemos que rompen y vuelven a romper a la sociedad porque cada vez más aíslan al hombre de la mujer, a la mujer del hombre, y en medio los hijos, como víctimas propiciatorias. Y entonces, ¿quién educa a los chicos en valores si los progenitores no son ese modelo de paz y amor que debieran ser? Pues el Estado y sus modelos sociales, por los líderes de fantasía que montan en las carrozas de Reyes Magos, las series de TV o películas para público infantil de determinadas factorías… E impuestos por leyes que arrinconan a los verdaderos responsables de educar, que somos nosotros, los padres.

Para todo esto hay una herramienta imprescindible: el feminismo radical que como materia prima hace uso de la mujer contra el mundo, quedando sola ante sus decisiones personales como su identidad personal, el aborto y todos sus derechos, vacíos de obligaciones y responsabilidades.

El pasado martes día 9 de febrero de 2018, en Radio Ya, en su programa SomosLibro tuve la ocasión de presentar en una tertulia con tres mujeres: Rocío Monasterio, Patricia Camacho y Alicia Rubio donde se debatió ampliamente sobre todo esto. Invito a escuchar el programa y saber cómo conseguir de forma fácil uno de los libros más importantes que se ha escrito sobre este tema: Una revolución silenciosa (Libros Libres), de Jesús Trillo-Figueroa, uno de los ensayistas más preclaros sobre las ideologías dominantes del momento.

 

Novela Negra, novela policíaca, un género en alza que sin duda se hace un hueco a base de buenas obras. Este género que durante tiempo fue marginal en la literatura y el cine, encontró sin embargo un amplio eco en los cómics. Pero aunque la producción literaria y cinematográfica era reducida en cantidad de títulos, cosechaba copiosas ventas de libros y entradas de cine.

Novela Negra especialEs quizá este tipo de narrativa que esté en auge gracias a las series televisivas que han terminado fraguando en la imaginación de muchos autores jugosas historias, ficciones que en muchos casos superaban con creces la realidad (que para eso está la ficción y vale hasta lo que queramos que valga). Series como The Wire o Breaking bad son solo dos ejemplos de calidad en el guión que a la postre es lo que nos pone a los escritores en la pista para emprender nuevas historias.

Pero ha surgido una nueva tendencia en esto de la novela negra, que capitanea con éxito Mi Expediente Favorito, con el que trata de girar hacia el mundo real porque toma como trama de la novela asesinos de la vida real, creando biografías narradas. Lo mejor, o lo peor, según se quiera ver, es que el lector sabe que lo que lee es verdad -no ficción-, y eso sin duda le añade una sobredosis de tensión emocional importante a la lectura, porque sabe que las muertes y los sufrimientos que allí se narran fueron personas de verdad, con sentimientos o sin ellos, pero con dolores ciertos, y podemos ponernos en su lugar.

La novela negra y policíaca está en auge. Sangre, tensión, misterio, personajes malos o ingenuos, hombres duros y mujeres bellas, pero perversas... Son algunos de los condimentos necesarios para que una historia funcione, pero no solo... Y para que disfrutes 100% de esto, te enlazo a un programa de radio de SomosLibro dedicado precisamente a este tipo de historias. Participan Ana Bolox, Ignacio Barroso, Marcos López Herrador y un servidor de ustedes en la dirección y presentador del programa.

La corrupción de la razón es una de las consecuencias más evidentes del relativismo decadente, que provee al nihilismo contemporáneo de una existencia basura, sin futuro y de horizontes planos, porque nunca pretende ver qué hay de verdad o de mentira en los hechos y en las personas.

posverdadLa verdad y la mentira es algo que orienta a las personas hacia una existencia real y personal, que nos sitúa en un plano de evidencia en relación con los demás y la sociedad en general. La verdad y la mentira están en el plano del juicio moral, por eso es importante. Tan importante es, que el relativismo se ha encargado de destruirlo y lo ha sustituido de manera casi inmediata, consensuándolo a través de la ley. La verdad y la mentira ya no es lo que es moralmente o no, que puede ser incluso subjetivo. La verdad y la mentira ya es lo legal y lo ilegal. Las leyes han sustituido el concepto de bueno o malo por lo que la ley me permite y se puede hacer, o no. Es legal abortar pero no ir a más de 120 km/hora en la autovía. Una manera perfecta para manipular a la sociedad desde la ley, creando normas y fabricando nuevas costumbres, comportamientos humanos.

La posverdad ha llegado para deconstruir más la razón razonable porque se maneja desde la sinrazón de los sentimientos. Así, solo desde lo que somos capaces de sentir, podemos justificar de manera vehemente, incluso violenta, nuestra opinión, que no razón. Somos capaces de justificar desde el amor -de hecho así lo hacen muchos buenistas-, la homosexualidad o el animalismo, con las formas más agresivas que el pacifismo nos autoriza como son el acoso, el insulto y saltarse la ley si es necesario. Y por el contrario, desde el odio, por ejemplo, podemos agrandar la ola salvaje del nacionalismo porque nadie piensa en qué sucede y sus consecuencias. La acción solo está dominada por el sentimiento, sin pasar por la cabeza, y provoca un exacerbado amor a las ideas propias y por ende odio a las ajenas.

El relativismo imperante ha hecho rodar las tendencias más enfermas de la razón humana: materialismo, individualismo, nihilismo y la posverdad, que ha sido agitada intencionadamente desde las redes sociales por unos e imitadas por todos los demás, es decir, la mayoría, lo que provoca sin duda una tendencia de comportamiento relacional. ¿Cuál es la evidencia de que somos practicante de la posverdad? Primero: prejuicios, va por delante una idea preconcebida de algo o alguien que nos pone a la defensiva. Segundo: nos creemos sin contrastar lo que nos interesa y rechazamos por lo mismo lo que consideramos que nos ataca.

La posverdad ha sido la puesta en marcha con evidente éxito por los populistas, porque la posverdad es un arma muy eficaz para hacer propaganda política y para las apologías más variadas.

La ideología de género me preocupa. Lo que parecía ser una chifladura está tomando cartas de normalización y ahora de legislación. Además, desde los medios de comunicación y las leyes nos roban la conciencia. Y lo que parecía que solo eran los de la malvada izquierda la que pretendía adulterar nuestros principios y costumbres, incluso nuestra intimidad familiar, al final también se ha sumado el Partido Popular: neoliberal, progresista y, por lo tanto, relativista a este ataque contra la persona, la conciencia y la familia.

CRUEL PADRE (nuestro Estado). 'Saturno devorando a su hijo', de Pedro Pablo Rubens, conservado en el Museo del Prado.
CRUEL PADRE (nuestro Estado): 'Saturno devorando a su hijo', de Pedro Pablo Rubens, conservado en el Museo del Prado.

De todo esto hablamos alto y claro en un reciente programa de SomosLibro en el que tuve la ocasión de compartir micrófono con Carmen Sánchez Maillo, Rocío Monasterio y Marcos López Herrador, colaborador habitual del programa. Durante los noventa minutos que dura el programa se mostró, y demostró, que el arco parlamentario español en sus Cortes Generales solo están de acuerdo en una cosa: propiciar a la sociedad una cambio antropológico que desvirtúe la libertad personal a favor de masificar al individuo en los actos y el pensamiento en una sola dirección y cuya palanca de actuación son las leyes impositivas de la ideología de género a través de la implantación de leyes referidas a la LGTBI.

Por lo importante del tema quisiera pasar al lector el contenido del programa, a modo de sumario: •Mayo del  68, inicio y liberación •Feminismo de equidad versus feminismo radical •¿Por qué el  loby homosexual es el camino del empoderamiento de la ideología de género? •Herramientas de trabajo: feminismo radical + homosexualismo + anulación del hombre (heteropatiarcado) •¿Por qué la política se hace eco de una ideología ficción que no tienen amparo en lo científico y todo se basa en l subjetivismo personal? •Intrusión en la sociedad, en el individuo en la familia… ¿Es el orden correcto de actuación? •Aplicación en la educación escolar, y los padres fuera, no pintan nada… Solo que pagan sus facturas.

Si bien al programa fueron invitados plataformas en defensa la familia o partidos políticos de corte conservador, solo asistieron los citados y no se cortaron en decir la verdad y hablar con claridad de lo que hay y lo que pretenden hacernos llegar desde el Estado. Se dijeron cosas muy interesantes, que aunque sabidas por muchos, no todos las creen y otros prefieren taparse la cabeza esperando que pasen rápido y sin hacer mucho daño, y no saben que han venido a quedarse, a despreciar su escándalo y a devorar a sus hijos.

Invitación RADIO YA el perro de benAcaban de convocar la presentación oficial de la novela. Se realizará en la sede de Radio Ya y se retransmitirá en directo que podrás oír en este enlace que te proporciono.

Además, en el canal de vídeo de Criteria Club de Lectores han lanzado un breve acercamiento a lo que es El perro de Ben, donde explico de forma sencilla qué es y qué quiero trasladar con esta historia. Ya en la entrada que realicé hace unas semanas, tiutlada El perro de Ben, expliqué en profundidad lo que es esta novela. Traté sobre el sentido de la obra, los personajes, la conclusión y el futuro, en sí mismo de la trilogía. También marqué las diferencias más importantes con Tom, el Fuerte. Es un artículo más largo e intenso.

Sin embargo, ahora en soporte vídeo, en un corto espacio de tiempo de (1,57 minutos) digo de forma sencilla qué es. Os dejo con el vídeo:

También hace un año el digital El Distrito en su sección TV me hizo una entrevista más larga sobre Tom, el Fuerte que también os dejo para que si queréis conocer más de mi obra y mis personajes, podáis hacerlo fácilmente.

Que los tiempos están cambiando, no es una novedad… Que lo está haciendo para todos, tampoco es otra novedad… Y que el periodismo sufre una fortísima transformación en la forma de transmitir la información, no tiene vuelta de hoja.

forjando a la sociedad

Y debiéramos preguntarnos si es bueno o malo. Hoy la información es en tiempo real pero el periodismo de medios ha sido trucado por las redes sociales. Cualquiera, desde cualquier lugar del mundo, con su smartphone hace una foto y lanza un titular de 140 caracteres: “Se quema el bosque. Los vecinos lo pierden todo. La policía local no da a basto con el desastre. Dos niños desaparecidos y cunde el pánico.” Ya está, el lugareño se ha cargado el trabajo del periodista que se firmaría hace 15 años el titular. Sin duda mejor escrito, mejor estructurado, con más datos. ¿Pero y qué? La noticia se ha quemado, nunca mejor dicho.

Los medios de comunicación migran del papel a lo digital, y las noticias y los titulares siempre llegan tarde porque las redes sociales ya lo han contado, comentado y enfrentado (que no confrontado). Es otro ramalazo del individualismo domesticado desde las grandes corporaciones como Facebook, Twitter, WhatsApp, etc. Esta metamorfosis, empujada desde la sufrida penuria de la dominación y el poder global ha creado dos categorías de periodistas en las que se hacinan hombres y mujeres, valiosos o no. En una de ellas -la mayoritaria- luchan por hacerse un hueco y no ser una mera pieza más en el engranaje de la noticia que le dicen que dé y de qué forma. La otra, la de los gurús, la de los intocables, los que ya no dan noticias pero las opinan.

Los gurús se convierten en comentaristas de la conciencia de la actualidad, nos guían y se empeñan en decirnos qué está bien y qué no; nos avisan de lo que pasará y dirán a políticos y financieros lo que deben hacer. Son los sacerdotes que a diario ofician el sacro santo ministerio de dirigir la opinión social. Acumular escándalos ante las novedades relativamente noticiables para que hagan que las redes sociales ardan y crezca el espectáculo del día a día de una sociedad progresista e individualista que cree en sus propias religiones políticamente correctas, puritanas y relativistas.

Pero sobre estos dos grupos reconocibles existe un mundo transparente para nosotros e inexistente para muchos, pero que afecta a todos: los magnates de los medios de comunicación. Los que deciden lo que los gurús deben decir en las tertulias y lo que la clase de tropa debe escribir en sus secciones. Los que fabrican la fama de algunos y los que deciden a quién hay que hundir. Son los que se esconden tras sus medios de comunicación y manipulan la realidad porque ellos tienen unos intereses que no coinciden con los de la sociedad real.

En todo caso, lo que sí conviene es que a la sociedad no le embarguen la información por los medios y que sigan siendo los periodistas los que realmente enarbolen la libertad de la información. Pero me temo que eso ya no sucederá, en un mundo donde la información maneja los hilos del poder. Solo quedan pequeños medios digitales dispuestos a la guerrilla de guerrillas o desde las trincheras.

[Publicado por primea vez en Hispanidad.com, incluye 3 libros recomendados sobre este mismo tema]

Con El perro de Ben, segunda entrega de la trilogía Todos lo hicieron mal, presento una nueva etapa en la vida de Jill, la protagonista con la que, junto a mis lectores, andamos un camino en la vida que podría ser la de cualquiera, salvando ciertas distancias personales.

BLOG el perro de ben

Con Tom, el Fuerte (183 páginas)-reeditado en Un libro en el bolsillo- inicié un camino de la mano de un personaje al que poco a poco vas queriendo como a un hijo, yo aún diría más, como a ti mismo. Jill es una criatura que me pertenece, que de alguna forma vive mi vida y a través de ella expongo de manera subconsciente mis filias y mis fobias. Jill es una adolescente en su ciudad, se convierte en una joven con ganas de rehacer su vida. Ahora, en El perro de Ben (331 páginas), dará un brusco salto de la dura vida de adolescente, ingenua y orgullosa a la vez, a la juventud donde pretende rehacer su vida cambiando de escenario, personas y, por lo tanto, descubrirá nuevas circunstancias. Jill quiere un cambio radical que le devuelva los años perdidos.

A raíz de los comentarios que Tom, el Fuerte suscitó en algunos lectores, por escrito y de palabra, decidí prolongar la vida de Jill y escribir una trilogía que contara la vida de una mujer en sus tres principales etapas: adolescencia, juventud y madurez. El perro de Ben es la segunda entrega, la de la juventud, la de abrir puertas a la vida y poner las primeras piedras a la vida que terminarán constituyendo el futuro, la madurez.

Sentido de la obra

El perro de Ben, también publicado en Un Libro en el bolsillo, y que en su momento ya lo dije, y ahora lo repito, no pretende ser un estudio psicológico ni sociológico de la mujer. Solo son tres historias diferentes en las que la protagonista es una misma mujer en diferentes edades de la vida. Por lo tanto no es modelo de nadie, ni pretendo reflejar en ella ningún matiz de la sociedad. Sí quiero, por el contrario, situar al lector ante las grandes pasiones del ser humano: el amor, el odio, las decisiones y sus consecuencias, la buena voluntad y las intenciones torcidas de las que a lo largo de la vida somos receptores o emisores de ellas.

Jill se encontrará con un escenario totalmente diferente, de su ciudad populosa, industrial y cosmopolita, a un mundo salvaje y rural, rodeada de bosques, aire puro, montañas, valles y ríos trucheros -donde descargo mi afición a la pesca a mosca-. Pero también aparecen nuevos personajes y nuevos frentes a los que tendrá que hacer frente. En ellos descubrirá el amor, el interés, el odio y también la difamación. Personajes llenos de vida y tan reales como cualquiera de nosotros, porque todas esas derivadas también se encuentran en nuestro corazón y en el corazón de quienes nos rodean.

A pesar de todo, Jill madurará en la faceta más importante de la persona: el amor. Descubrirá sí o sí que el amor en la mayoría de las ocasiones es un acto de voluntad de querer seguir queriendo. Y en contraposición también descubrirá que el odio es la negación al contrario, casi siempre por intereses personales. No es una novela de moral desde el punto de vista dogmática, sí lo es desde la realidad de que los actos humanos son siempre morales y que por lo tanto tienen consecuencias en uno mismo y en los demás que presento como contravalores.

Como siempre en mis novelas no hay malos malísimos ni buenos buenísimos. Hay personas que actúan según sus criterios personales, casi siempre fundamentados en cómo vivieron ellos su infancia, pero sobre todo por el libre albedrío. No juzgo a nadie, porque considero que todos tenemos derecho, no a una segunda oportunidad, si no a setenta veces siete de oportunidades.

Personajes

A lo largo de la novela nos toparemos con tres hermanos. A pesar de ser de la misma familia, sus reacciones en la vida ante un mismo hecho son muy diferentes. Hay una escena en la que los tres participan de una jornada de río y pesca a mosca. Un ensayo sobre cómo cada uno valoran a las personas, la búsqueda de objetivos y como asumen las consecuencias. Sin duda esta parte de la novela define con claridad a cada uno de ellos y el lector necesitará poco más a lo largo de la historia para saber con quién se enfrenta cada vez que aparece uno de ellos en la escena.

También vemos a dos personas adultas, dos hombres, uno de ellos es un poderoso terrateniente,  otro un pequeño luchador que sobrevive con una gasolinera y un bar como subsistencia de vida. Con ellos reflejo el poder y el sometimiento, también de manera muy clara, en el que el poder no siempre las tiene consigo, aunque casi siempre se salga con la suya. Pero los pequeños del mundo, que somos el 95% de la población, podemos sortear con astucia y tesón las ataduras que pueden imponernos desde arriba, ya sea desde el poder político, social o laboral. ¡Ánimo!

Frente a los hombres, expongo a las mujeres, entre las que integro a la misma Jill ya que considero que la relación de hombres y mujeres son complementarias y por lo tanto hacen círculos de comunidad con sus propias reglas de actuación y reconocimiento mutuo. Está claro que las tramas de actuación entre ellos y entre ellas, son completamente diferentes porque se mueven en esferas mentales distintas: el hombre es más racional y espacial; la mujer más sentimental e intuitiva. Por supuesto, no considero ni mejores ni peores a unos ni a otros, sencillamente son las herramientas con las que todos somos capaces de defendernos o atacar, entre ellos o contra los otros.

Y por fin el perro, el perro de Ben... Un simpático personaje secundario que se convertirá en la correa de transmisión entre unos y otros, especialmente entre Ben y Jill.

Conclusión

El perro de Ben es una novela que se ciñe a la etapa de juventud, es decir, a una etapa intermedia que nos lleva del puro sentimentalismo adolescente a la reflexión racional. Un momento de la vida que planifica nuestro futuro y que por lo tanto nos lleva a tomar decisiones que verdaderamente nos van a afectar en los años venideros. Jill llega Rock Village, pueblecito norteño con la idea de abrirse camino, quizá aborreciendo su pasado, su ciudad natal, incluso sus raíces. Y como todos, llegará a expresar que casi siempre vale más lo malo conocido que lo bueno por conocer... Pero no tanto por lo que hemos conocido, si no por lo que somos.

Futuro

azul pero azul oscuro PORTADA33¿Qué pasa en el futuro de Jill? En ese espacio de tiempo se centra Azul, pero azul oscuro, la tercera entrega de la trilogía. Una Jill madura pero aún hermosa, con la vida asentada, sin que le falte de nada y sin que nada le sobre, como la mayoría de nosotros. No, no os preocupéis, porque esta tercera entrega seguirá siendo como la vida misma: llena de sorpresas, sobre todo las no planificadas. En septiembre llega Azul, pero azul oscuro, y tengo el placer de adelantaros la portada.