Libros ajenos

moreno de lerezEl Moreno de Lérez es una de esas historias que sobrecogen y enganchan, porque el personaje central, el Moreno de Lérez, es una de esas personas que no tiene filtros y que su vida ha crecido al vaivén de los años, desde la infancia a la vejez, siempre a merced del destino.

Lérez es un rió Gallego, antes fructuoso en vida, con peces variados y abundantes. El Moreno de Lérez es un personaje real que falleció rodeado de sus hijos y nietos en 2003. Pero es que el Moreno fue una especie de animal salvaje racional. Nació en 1925, en una Galicia muy pobre con los pobres y adueñada por los ricos. El Moreno era de los muy pobres, nacido en una familia numerosa que dormían en el establo de otra familia menos pobre que ellos. En el aquel caritativo establo, el frío de la noche se lo arrancaban tapándose con los sacos de patatas y el hambre se lo aliviaban de manera arbitraria, según la naturaleza fuese de generosa. Lo mismo cazaban con trampas conejos y birlaban del río los peces necesarios, que se ajuntaban en algún campo para ayudar a recoger el sembrao.

El Moreno pasó por la historia de España como todo hijo de vecino, y lo mismo convivió con la Guerra Civil que con los años de Franco, y en un caso y otro supo ponerse de pie y afrontar las calamidades, porque ya estaba hecho a ello, desde que nació.

El libro está magníficamente narrado, contado en primera persona a don José, el autor, José Curt, que tuvo la suerte de grabarle en una casette, regado siempre con un vino entre historia e historia, que las tenía muchas, variadas y ricas. Fue poco tiempo antes de que el Moreno nos dejase de forma definitiva. Le llevó trabajo poner en orden las andanzas que contaba y organizarlas con cierto sentido cronológico. De entre las historias, además de la rudeza de su infancia y niñez, y de cómo su padre educaba a los hijos para ser útiles en la vida y en el campo, cuenta también curiosidades de la Guerra Civil y qué sucedió al estallar la paz... Habla de cómo pescaban furtivamente y cazaban para vender a otros más ricos, señoritos de la ciudad, que no sabían cómo ni dónde hacerlo. La paliza que le dieron en el cuartetlillo, que sirviera de escarmiento para que no robara más peces al río y de cómo salió de esa. Nos habla de sus amigas, las alegres comadres de La Molinera. Del asma, que casi acaba con él en plena juventud. De su duelo con el campeón de tiro al pichón; y de cómo sirvió de ganchero a Franco y la amistad que trabó con él, de la que nunca quiso abusar, carteándose ambos como dos colegas. Cuenta también cómo el río Lerez era y dejó de ser al llegar el ciudadano a pescarlo, las ciudades a crecer y de cómo la barra libre de caza y pesca al fin sale cara para todos, especialmente para la naturaleza.

El tono del Moreno es un tono sano aunque abrupto en sus formas. No hay mala fe, solo llaneza y sentido común en sus afirmaciones. Un hombre sin estudios de pupitre pero con la universidad de la vida que le enseñó a vivirla con más palos que algodones. Un hombre que aunque sus raíces fueron duras supo ver las orejas al lobo de lo que el progreso traía y se adaptó a los nuevos tiempos. Fue furtivo sí, pero con más necesidades y cabeza que muchos legisladores que deciden locuras desde los despachos. El Moreno de Lérez D.E.P. porque se nos fue un hombre que desconocía las leyes del papel pero sabía como nadie las del día y la noche, la vida y la muerte, el campo y el río.

José Curt es Coronel de Intendencia de la Armada, Ingeniero Técnico Agrícola, Licenciado en Ciencias Biológicas y Técnico Bromatólogo... Pero sobre todo es escritor. Escribe bien, rematadamente bien. Seduce con sus historias y por cómo las cuenta. He tenido el placer de ser editor suyo en una de sus múltiples obras Quique, un guardia civil en Mozambique, donde narra las peripecias solidarias de este Cuerpo en África. Y lo hace con tanta gracia y atractivo que sus más de cuatrocientas páginas se vuelan entre los dedos y las horas parecen minutos. Y he tenido el placer sobre todo de haberle conocido y contarme entre sus amigos y seguidores.

josé curtLa fama precede a este escritor, que rebosa conocimientos y humanidad, quizá por eso sus textos tienen ese atractivo que a todos engancha con facilidad. Quizá por eso su textos tienen esa sobreabundancia de lo que te cuentan y sientes que tu espíritu crece en cada página. Quizá por eso sus textos son deseados por los editores que buscan para su fondo obras de calidad y calidez.

El éxito de un autor no está en el fogonazo de un título bien colocado o un premio que le alumbre en las estanterías. En mi opinión, el éxito de un autor es la continuidad de su obra, la estabilidad de la calidad sin dejarse comprar por facilonadas o por circunstancias de hoy y que ver mañana. El éxito de Curt es siempre lo que cuenta y cómo, porque sin la menor duda todo tiene interés para todos, quizá, y solo digo quizá, porque no se esclaviza con modas pasajeras.

El Moreno de Lérez es uno de estos casos que dejarán huella en el lector, sea o no cercano al mundo dela caza o de la pesca, porque lo importante es el personaje, lo que nos deja a cada uno después de leerlo. Publicado por Clan

alquilar primaveraRecientemente he terminado de leer Dónde puedo alquilar una primavera, de mi buena amiga Silvia Laforet. Tuve la suerte, el placer, la dicha, de ser su editor de su anterior novela En la habitación de al lado. Y después de comparar ambas novelas, me siento todavía más afortunado de haber sido el editor de la primera.

Lo que me ha gustado

Silvia Laforet narra muy bien y construye diálogos fluidos. Consigue que sus personajes tengan una gran capacidad de ser reales, hace que sean creíbles y los reviste de la personalidad que cada uno debe tener en sí mismo para verlos en la nube de la lectura y los sepamos reconocer solo con ser nombrados en el texto sin necesidad de que digan algo.

Sin duda alguna, tiene una técnica envidiable y guía al lector hasta donde ella quiere, porque en el núcleo de la narración incluye lo que se dice y lo que no se dice, el aspecto ambiental y los giros de plano.

Estructura bien la historia y en este caso hace un juego ágil de flash back que mueve al lector adelante y atrás , situándole en el presente para entender bien el por qué de algunas cosas que se cuentan en la novela.

laforetiPara mi gusto, lo mejor de toda la historia es el capítulo de Alicia con Alicia. Un momento en el que Silvia descubre a Alicia, a la mujer que navega en un mar de dudas sobre el amor, sus relaciones, los demás, ella misma y la vida Una mujer que busca en la raíz de su vida la infelicidad de hoy y de cómo ha de enfrentar el mañana. Un capítulo de cabecera que merece la pena releer.

También me ha gustado la expresividad de los personajes, sobre todo los "wusapeos" entre ellos. Y me hizo mucha gracias cuando Fernando dice a Rodrigo (como si fuese un pesado): "eres el único tío que conozco que pone comas en sus WhatsApp". Solo ese comentario, define mucho de cada uno de estos dos personajes, cómo son y qué importancia dan a la vida según cada uno de ellos. Sin lugar a dudas Silvia escribe magníficamente bien y domina el arte de contar historias.

¿A quién recomendaría Donde alquila una primavera? Creo que a personas necesitadas de un chute de ánimo. Una sobredosis de deseos de que el mundo sea diferente. De que las relaciones entre las personas sean menos complicadas, más abiertas, confiadas, amorosas. Por el contrario, quizá no lo sea tanto para aquellos que buscan una novela verdaderamente existencialista, que cuente cómo es el mundo con todos los colores, no solo los del arco iris.

Y de la misma forma que digo lo que me ha gustado, y mucho, digo lo que no me gustado.

Lo que no me ha gustado

Precisamente en los gustos es donde nos encontramos con los subjetivismos, siempre tan particulares. Dónde puedo alquilar una primavera es una novela que en el balance final no me ha gustado, lo que no quiere decir que sea una mala novela.  Y nom e ha gustado porque es una novela trufadas de mensajes para una vida mejor y los personajes están como obligados a hablar por boca de la sabiduría de un coa-ch zen. Y eso cansa un poco.

La trama está construida en una inverosímil comunidad de vecinos que, sin la zafiedad barata de Aquí no hay quien viva (serie lastimosa de Factoría de Ficciones), no es creíble, aunque sin duda sea deseable. En este aspecto a mí no me ha gustado. Falta que pasen cosas. faltan escenarios. Faltan contrastes en lo que sucede, en los personajes. Esas faltan convierten a la novela en un espacio cerrado que termina generando un bucle sin salida y por lo tanto atosigado al lector (a mí al menos).

Otra cosa que me ha chocado, sigo hablando desde el terreno de lo subjetivo, es la ambientación. Lo que leía, lo veía en blanco y negro. Quizá porque el perfil de los personajes o a lo mejor por algunos giros de atención narrativa. Por poner un par  de ejemplos: me ha parecido poco atractivo recurrir a la tragedia de Madrid Arena o al drama de la crisis para tratar de crear contemporaneidad, en una especie de guiño al lector que le dice algo así como "está pasando", cuando esta trama ni pasa, ni pasó, ni pasará. Y digo esto teniendo en cuenta de que Silvia, creo que no ha tratado de hacer una novela de ficción, sino más bien existencialista.

Y por último, respecto a los diálogos, casi siempre terminan convirtiéndose en monólogos, en un afán de dar pistas al lector de cómo han de ser las cosas de la vida, como si en el fondo fuese un libro de autoayuda camuflado en una novela. Esto lo hace lenta en ocasiones.

Otras opiniones

A Silvia la conozco un poco desde el punto de vista personal, quizá no tanto como otras personas más cercanas a ella, pero ha parecido ver brillar entre líneas demasiados tics personales: la misma Alicia, los hijos, la muerte, la convivencia, el matrimonio, el deseo del bien, el amor... Comprendo que para un autor de pasión y corazón, como somos la mayoría de los escritores de novelas, es difícil despegarse de lo que escribes, y que siempre hay algo de nosotros en la novela. (En este sentido recomiendo ver la película recién estrenada En tercera persona que es un buen ejemplo de lo que digo y de existencialismo contemporáneo).

Los personajes, de los que ya he dicho algo, a causa del los escenarios claustrofóbicos y los largos monólogos, se convierten en una presencia viral sin salida. Demasiado encerrados en sí mismos, todos son lo que son y todos sigue siendo lo que son. No cambian a pesar de que las circunstancias apunten a ello. Quizá la sentencia de que la persona no cambia, si no sus circunstancias, es demasiado literal en la novela. Aun así, alguno de los personajes intenta cambiar -al menos las circunstancias- pero es devuelto al redil de inmediato acusándole de escapista. Y así, al final, todos vuelven de nuevo a lo que son. Incluso la muerte no influye en ellos, ni la muerte propia ni la ajena, porque el muerto deseaba tanto morir, que casi no hay diferencia a cuando estaba vivo. Y los que le sobreviven le tienen tan idealizado, que están impermeabilizados para poder ser diferentes después de vivir la muerte del otro.

en la habitación de al lado CUBIERTA
Puede adquirir EN LA HABITACIÓN DE AL LADO en ebook y papel clicando en la foto.

Recomiendo a los lectores de la novela, que a estos personajes, a pesar de su capacidad de ser de verdad por los giros de expresión, no los busque a su alrededor, porque no los encontrará, al menos no a todos juntos como son presentados en Dónde puedo alquilar una primavera, por cierto un título encantador.

Si han leído En la habitación de al lado verá lo que quiero decir cuando hablo de mi orgullo personal como editor de esa primer novela de Silvia Laforet. Si no la ha leído, puede darse un repaso por mi crítica en este enlace. Pero sin duda En la habitación de al lado es una historia real, con la suficiente convicción para que cale en el lector. Corta, intensa, dura, hermosa. No conozco a nadie que la haya leído que sencillamente se haya encogido de hombros. A todos nos ha impactado... ¡para bien o muy bien!

La gran Warlok (1959), un western muy bien contado, con la tensión literaria de las relaciones humanas que son creíbles. La historia es una crónica contada en dos caminos paralelos: la trama de la historia y el diario de Henry Holmes Goodpasture, un observador de la clase media dominante del pueblo de Warlock, propietario de unos almacenes generales, lo que hoy sería el súper de la esquina. Henry Holmes solo aparece en los espacios correspondientes a su diario, como si fuese un observador de segunda fila en los sucedidos de la historia, al que nunca se le reconoce en la trama de la novela, pero está en todos los guisos. Sospecha como vecino y da opiniones como ciudadano. Es como esos que todo lo ven pero no se hacen notar en la vida ordinaria del pueblo.

warlokLa trama es narrada desde la objetividad de los hechos. Es rápida y meticulosa a la hora de acercar al lector los pequeños gestos de la expresión humana no hablada. De esta forma, el autor provoca unos planos muy reales y el lector está al tanto de todo lo que debe saber y que vive en primera persona todas las escenas. Ciertamente es uno de los recursos que más me han gustado y enseñado de la novela. Desde luego lo aplicaré para mí, porque una escena no solo se compone de diálogos y entorno, también son los pequeños detalles de cómo lo viven los personajes para asumir la realidad de lo que sucede. Es la manera de mostrar la tensión que se vive en cada circunstancia.

Los personajes principales son cinco, el bueno, el feo, el malo, la puta y la decente. En fin, todo un pentágono de circunstancias que tejen unas relaciones convulsivas como lo son el amor y el odio, la vida y la muerte. Pero no debemos llevarnos a engaño por la clasificación de calificativos que he hecho. Cada personaje tiene sus propias razones de vida que le hacen ser lo que son a pesar de sí mismos. Todos desean vencer sus miedos, alcanzar sus objetivos, hacer la justicia que ellos consideran justa, y como casi todos, terminan justificando lo que son por los demás, no por ellos mismos. Todo esto se parece mucho a lo que cada uno vivimos, con nuestros puntos de vista tan suficientemente subjetivos que nos alejan muy a menudo de los demás aislándonos del mundo con nuestras razones.

Pero como en el cine, los personajes principales no lo serían sino estuviesen sostenido por los personajes secundarios. Y Warlok tiene un buen elenco de estos. El juez, el sherif, el general y el padre inválido, todos ellos juegan un papel impecable del que la historia no puede prescindir. Todos ellos son la subtrama que engrasa la trama principal, donde los actores principales se crecen y dan sentido a su quehacer.

Las circunstancias de la historia son muy importantes para comprender el movimiento de los planos meramente históricos que nos ubican a los lectores para contemplarlo todo como con un gran ojo de pez de gran calidad. Todo se desarrolla en la frontera de con México, finales del siglo XIX, cuando los Estados Unidos tratan de cerrar cicatrices después de su guerra civil, donde la justicia todavía no era un derecho extendido y donde cada uno trataba de ser justo... ¡a su manera! Warlok era un pueblo apeadero que dependía de Bright's City para todos los asuntos legales. De manera que el sherif de Wrlok, no era tal, sino un ayudante del sherif de Bright's City. Que el juez de Warlok no era un juez, sino una especie de personaje erigido o elegido por los vecinos como hombre de paz, pero para dictar sentencia tenían que hacerlo en Bright's City. Sin embargo el pueblo era libre de buscar un comisario que resolviera problemas puntuales, es decir, encomendarle una comisión y que la resolviera, y la junta de vecinos decidían sus capacidades, de pagar sus honorarios y darle carta de normalidad cuando ejecutaba. No tenía autoridad sobre el ayudante del sherif, pero les convenía llevarse bien.

El aoakleyhallutor, Oakley Hall, escribió esta historia para su hijo, que hemsleído cientos de miles de entusiastas de su libros (y cinéfilos también, porque Henry Ford la llevo a la gran pantalla). Cuentan, dicen, que fue para que parte de la historia de Estados Unidos no se perdiera. Fue un prolífico autor de novelas también de suspense y policíacas. Profesor de creación narrativa hizo de su cátedra todo un oficio que dejó plasmada en su obra. Murió en 2008 y desde luego fue un icono de la narrativa estadounidense que atravesó -y que atraviesa-fronteras  y océanos conquistando lectores deseosos de sus historias, a veces lentas, pero siempre muy fructíferas desde el punto de vista del placer de leer. Un estilo narrativo que sin duda es reconocible en la originalidad de exponer sus historias y personajes. Un autor que hay que conocer, leer y aprender.

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Grisham Author Hi-Res crpdJhon Grisham, de casi sesenta años, era un abogado de relativo éxito. Pero tropezó para bien suyo, con la virtud de saber escribir y en 1988 debutó con su primera novela Tiempo de matar. Desde entonces ha escrito una novela por año, siempre con la trifulca, la tensión y los malos (o buenos) rollos de la policía, alguna víctima y el derecho jurídico como engrudo sucio o alumbrador de por medio. La última novela que he leído de Grisham ha sido El cliente, de corte suspense-policiaco. Este abogado escritor de éxito ha ido minando mi devoción por él como escritor, porque mi derrotero como lector suyo ha ido de un entusiasta "muy bien" a un "no vuelvo a picar".

7 vidasLo cierto es que lo primero que leí de él es su colección de relatos cortos Siete vidas, de la que devoré casi del tirón y que fui clasificando por puntuación. Todos me parecieron ágiles, incisivos, ocurrentes, con unos personajes bien medidos y creíbles. Con un planteamiento certero y un final cerrado y lógico. De los siete relatos que se compone la obra, sin duda los que más me gustaron fueron Campaña de donación, Recoged a Raymond y La habitación de Michel, pero esta selección no anula ni mucho menos a los cuatro restantes.

El estilo de Grisham en esta colección de relatos, es punzante. Usa a los personajes principales como si una especie de reflejo de cualquiera de nosotros asomara en cada historia. El alcohol, la ambición, la vejez, la mujer solitaria... Todos son un pedacito de cada uno de nosotros y quizá esto nos haga disfrutar de su lectura porque nos podemos reír de nosotros, aunque en ningún caso son narraciones cómicas, pero las envolventes de cada situación nos hacen sonrojar o irritar y esa reacción nos puede hacer sonreír en la soledad de la lectura.

la granjaLuego cayó en mis manos La granja. prometo que lo pasé bien, una historia rural con la lentitud natural del campo, los habitantes cerrados en sus costumbres y su quehacer metódico, obligados al calendario de la recolección, al tiempo atmosférico para triunfar o hundirse hasta el final. También, como no podía ser de otra forma, los personajes son creíbles. Están ajustados a sus condicionantes socio culturales y el listo es listo y el tonto es tonto, no hay doblez, aunque todos jueguen un papel definitivo en las distancias cortas para pisar al contrario y demostrar el poder en la manada. Y siendo una muy larga novela, no se me hizo pesada y disfruté con su lectura... Hasta que llegué al final que me desilusionó. Creo que la fuerza narrativa de todo lo anterior se desinfla y no es un final que esté a la altura de las circunstancias del resto de la novela.

Es cierto, muchos pensarán que la novela puede tener un final abierto, pero es que a mi me parece que lo de los finales abiertos es una salida airosa de un no saber dar con el cierre  oportuno. Si un buen principio es imprescindible para seguir leyendo hasta el final, un buen final es necesario para que te deje sabor de más, y repetir con el autor.

Claro, lo que no tiene lógica es que si me llevé este chasco con La Granja, por qué me seguí empeñando con El cliente. Pues es verdad, o puede serlo al menos como una conclusión lógica. Pero para demostrar que lo ilógico puede ser razonable, me explicaré.

Confieso que Siete Vidas me cautivó tanto, y que el estilo de Grisham me impregnó definitivamente en la manera de narrar. Y después de escribir Una vuelta de tuerca, en mi novela Todos lo hicieron mal, reconozco que le debo mucho a este autor. En la línea de la trama no. No es la línea continuista de Grisham, pero la manera de decir las cosas sí. La estética de hacer metáfora también y en definitiva, cada vez que corregía o buscaba información o inspiración, recurría a las fuentes de cómo lo escribiría Jhon Grisham. Pero no me gustaría que nadie pensara que son un "copiota" que dirían en el cole, porque hablo solo de una inspiración, no de un plagio.

el clienteAsí que cuando me puse a escribir la segunda parte de Todos lo hicieron mal, quise darme un nuevo atracón de este autor para desarrollar y afianzar mi estilo. Y así cayó en mis manos El cliente, creyendo que disfrutaría de ella como con las anteriores.

Pero no. Los personajes principales, el niño Mark de once años, es repelente, o repipi, que dirían nuestras abuelas. La abogada Reggie Love, con una dura carga en su vida pasada, calculadora, fría e inquebrantable, se encuentra abducida por el pequeño Mark y sin saber qué hacer con él. Una madura de cincuenta y dos años dominada por un mocoso de once... No es creíble, a no ser que estemos en otro tipo de tramas que no encajan en la narrativa de J. Grisham. Si el cahval tuviera quince años, sería otra cosa, y no rompería la base de la novela de ser un menor. Y hablando de trama, se hace pesada, tiene solución mucho antes de que lleguemos al centro de la historia, pero la sensación es que el autor no la quiere dar, o no la quiere ver, porque si no se le acabaría la historia demasiado pronto. Muy lenta y la estira lo que puede, lo que pasa que la agilidad narrativa del autor la salva en ese aspecto. En definitiva, de la historia solo valen sus personajes habituales: los polis, los malos, los jueces y los fiscales. Y el final... ¡otra vez el final! es de culebrón sensiblero muy decepcionante, de peli serie B.

En un tiempo no volveré a arriesgar con otra novela de este autor, habiendo otras obras tan buenas que leer. Además, como muchas de sus historias se han llevado al cine, prefiero invertir 120 minutos y que me lo den hecho. Aunque ya sabes, ¡no digas nunca jamás!

Hay un momento en que todos los obstáculos se derrumban, todos los conflictos se apartan, y a uno se le ocurren cosas que no había soñado, y entonces no hay en la vida nada mejor que escribir. Gabriel García Márquez

El proceso creativo es un don que debe tomarse con humildad. La capacidad creadora del hombre es innata en él pero solo algunos son conscientes de esta capacidad y la sacan partido. La pintura, la música, la escritura… Todo pertenece al recóndito del ser, como un suspiro, un anhelo por el que respira el alma. Es verdad, algunos pocos tienen la capacidad de crear, pero todos somos suficientes para percibir una creación, porque con ella nos sentimos sublimes y elevados a un espíritu no solo humano.

Todo esto redunda con fuerza en la responsabilidad de los que tenemos la obligación de hacérselo ver a las jóvenes generaciones. Los planes de estudio, no son más que desarrollos técnicos que dicen qué hay que hacer para que adquieran conocimientos. Pero no veo en ninguno de ellos un efecto directo de inspiración cultural. Al final, queda en manos de los padres, los abuelos y los buenos profesores… ¡Caso de que estos hubiesen sido ya inspirados en el desarrollo cultural de la vida!

En SomosLibro velamos por la cultura desde los libros, sin desdeñar otras posibilidades como el cine (que ya compartimos el día 27 con un magnífico programa dedicado a ello), y lo haremos también con la música… y la pintura… y la escultura… y la naturaleza… Pero pregunto a los oyentes y a quién usted se lo quiera preguntar: en el último mes, ¿Qué libro ha leído? ¿Qué lecturas ha recomendado a sus hijos, alumnos, nietos…? ¿Cuándo les ha contado la historia que ahora lee usted, para iluminarle la imaginación, para provocarle una sana envidia de lo mucho que disfruta usted leyendo? ¿Qué libro le ha regalado? ¿Hace cuánto tiempo fue eso? Por ejemplo, cuando llegan los cumpleaños, Reyes Magos, primeras comuniones… ¿Incluye un libro entre los regalos, o regala más juguetes electrónicos que morirán en menos de una temporada? Si los padres somos los primeros responsables en la educación de los hijos, ¿en qué lugar dejamos la cultura? Negar la lectura porque nos encojamos de hombros ante el número ilimitado de horas de televisión, o por el simple hecho de pensar que el “niño” ya saca buenas notas, es como pensar que con respirar les basta y que comer es si él quiere o no.

Introducir a la lectura es un paso responsable y apasionante, que se engendra en los primeros años de vida, que tiene su continuidad en la adolescencia con novelas para jóvenes, donde vea reflejadas sus capacidades personales e incentivadas con historias llenas de los valores de siempre, donde los protagonistas son magnánimos, donde cuyo esfuerzo tiene una recompensa, donde la vida no es lo que es, porque la vida no es mágica. Y aunque no niego lo contrario, hay que potenciar más lo que queremos que nuestros jóvenes sean por ellos mismos y la lectura es un camino cierto, hermoso y tremendamente realizador.

Hoy vamos a tratar la CREACIÓN LITERARIA. La tertulia será un momento de los más excelsos en la breve historia de SomosLibro, porque contaremos con tres autores, a cada cual más entrañado entre las letras: Miguel Aranguren que nos hablará de su próxima creación y su proyecto de Excelencia Literaria. Carmela Díaz que nos contará de sus dos últimas novelas; Marcos López Herrador que hablará de su obra La rebelión de los amos mientras trabaja infatigable en la banca.

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Mesa de tertulia
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José Francisco Martín

Y en la entrevista, Paty Camacho sacará el máximo partido de José Francisco Martín, agente literario, esa extraña figura que busca y rebuscadora entre potenciales valores literarios desconocidos para llevarlos hasta la luz. Y entonces sabremos qué es un agente literario, cómo capta nuevas plumas, qué relación tiene con las editoriales, qué responsabilidad tiene con las obras publicadas por una editorial y el autor representado por él.

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incaAcabo de leer Inca, un libro que me ha parecido espléndido. Tan amplio (476 páginas) como minucioso en los detalles que a lo largo de la novela va contando y explicando al lector qué era el pueblo Inca.

Inca, editado por Editorial Polifemo, es una gran obra donde aprender mucho y disfrutar de una novela histórica cuyos personajes ficticios y los reales se cruzan página a página confundiendo al lector para su mayor regocijo. Si bien en la trama de la novela hay momentos en que pierden fuelle, en general está muy bien construida, teniendo en cuenta que toda ella está orquestada para explicar quiénes eran los Incas, sus estructuras sociales, las costumbres y sus creencias.

Es una novela larga, pero justificada, porque los siglos de poderío Inca no puede encajonarse sin mas en una breve novela de doscientas páginas. La historia de los Incas, uno de los grandes imperios prehispánicos, eran casi tan poderosos como su dios Sol, con un férreo control sobre todo y sobre todos sus habitantes gracias a un sistema de vigilantes estructurados en un sistema socio-político que ya lo quisieran los estados modernos, a pesar de Internet y las tecnologías aplicadas que cada día nos controlan más.

Solo dar algunos pequeños detalles de cómo se organizaban los Incas. Toda la ley se basaba en tres conceptos principales: el trabajo.  Todos los habitantes incas, hombres y mujeres, desde los 6 años hasta su fallecimiento tenían un trabajo que realizar, supervisados constantemente por un vigilante que controlaba su vida laboral, familiar y religiosa. La verdad, es decir, no mentir nunca bajo pena de muerte. Este sistema que además les sometía a la declaración de cualquier pregunta de un superior, le obligaba por ley y por prejuicio religiosos, con lo que tenían asegurado el 100% de las situaciones a base de interrogatorios cruzados, pero que casi nunca era necesario porque nade llegaban a hacerlo a sabiendas porque con eso aseguraban su ajusticiamiento inmediato. La justicia, es decir, la aplicación de la justicia, cuyos jueces tenían la obligación de dar sentencia en cinco días, pues si no cumplían dichos plazos el juez era reo de la misma pena del condenado.

El Inca vivía absolutamente por encima del pueblo y la nobleza. Todos se debían ciegamente a él o se cometía sacrilegio, ya que se trataba del hijo del Sol, por lo tanto una divinidad. Se casaba siempre con su hermana, la Coya, para mantener al máximo la pureza de la sangre del heredero. Pero el Inca tenía una plebe de concubinas que podían llegar a ser más de 200 con las que mantenía relaciones sexuales habituales y con las que tenían hijos bastardos que también podían acceder a ser Inca si el Inca actual decidía sobre ello por motivos políticos o porque el hijo heredero tuviese problemas de salud o no existiese. La familias nobles, normalmente ostentaban un poder político importante. Se reunían en Panacas que eran los grupos de familias resultantes de los legados de cada uno de los Incas que habían existido formando una cadena de generaciones con mucho peso en las arcas del estado, ya que ninguno trabajaba y sus tierras y el ganado de llamas eran trabajados por incas de la clase baja, ganaderos o agricultores, la mayoría de ellos. Otra de las estructuras importantes eran las religiosas, con una estructura piramidal, cuya función era la de consagrar personas y aconsejar al Inca. Su vida era de celibato, muy exigente, con ayunos periódicos y vida en soledad. Eran poderosos pero siempre sometidos al Inca, pero por encima de la nobleza.

cusco
La capital del imperio era el Cusco, donde se cocían los tejemanejes de poder y las rencillas entre la nobleza para que el Inca apoyara las ambiciones de las diferentes panacas.

El pueblo Inca desconocían la rueda y cualquier tipo de escritura. Su manera de controlar sus contabilidades o los mensajes cifrados que podían enviarse entre el Inca, cargos políticos o la nobleza, eran por medio de los quipús, que era un sistema de nudos en cuerdas y cuyo conocimiento se le negaba a la clase baja del pueblo. Sin embargo fueron estupendos matemáticos y conocedores del cielo y las estrellas, ya que  en realidad se trataba de su "teología" porque el Sol era su dios y la Luna la hermana pequeña del Sol.

El pueblo Inca rara vez sacrificaban seres humanos, a diferencia de los los Mayas o los Aztecas. La materia de sacrificio eran llamas o coca en grandes cantidades. Pero la severidad de su justicia les hacia ser inflexibles con la pena de muerte, que casi siempre ejecutaban ejemplarmente de forma bestial y ajustada al supuesto motivo del por qué se le condenaba.

La relación incestuosa era una practica habitual entre los habitantes incaucos, pero sin embargo eran intransigentes de forma absoluta con las relaciones adúlteras y homosexuales, cuya condena a muerte no solo se quedaba en los reos, también a toda su familia para que su sangre no siguiese contaminando al pueblo Inca. También anegaban sus tierras con sal para dejarlas completamente inservibles de por vida.

Pero desde luego lo que uno descubre al término de la novela Inca es que algunos gobernantes de América latina que aborrecen el presente (política, religiosa e idiomáticamente) y que se hacen llamar indigenistas, hay dos opciones: o son unos ignorantes redomados o es que lo que desean es ser como fueron los Incas en su manera de someter a sus habitantes en una confederación esclavista por el poder omnímodo del Hijo del Sol y la clase religiosa.

borja cardelusFinalmente, a modo de resumen, la aparición de los españoles abolieron las leyes de muerte y de esclavitud estructural dando categoría de ciudadanos españoles a todos por igual, lo que les hacía señores del mundo entero como lo eran los españoles que moraban en cualquier otro lugar del mundo.

Borja Cardelús (en el enlace se incluye una biografía bastante amplia del autor) es un prolífico escritor, amante de la historia española sobre todo de su desarrollo histórico en América, un gran defensor del concepto hispánico (no confundir con lo hispano) del que una gran parte del mundo actual es heredero y cuyos hacedores de tal legado han sido los españoles de varios siglos continuados y que hoy, injustamente, es tan poco reconocido por políticos e instituciones, cada vez más alejados de la calidad intelectual al que debieran estar obligados.

La buena tierra es una estupenda novela que narra la vida de un chino a primeros del siglo XX, antes de la Gran Revolución China, y de cómo la vida gira entorno a la tierra como valor supremo que da sentido a la vida y a la muerte de generación en generación, hasta que se rompe...

1LA BUENA TIERRAEl 2 de marzo de 1931, una americana de nombre Pearl S. Buck, publicó esta novela, perfectamente ambientada en la vida social china porque, entre otras cosas, ademas de escribir maravillosamente, vivió en China durante cuarenta años, donde terminó conociendo los entresijos culturales y sociales de un pueblo milenario, lleno de oscuras sombras y luces brillantes que terminan por crear un carácter arraigado en el código genético que funciona de generación en generación, incluido la dictadura China de Mao Setung y sus herederos.

La narración cuenta cómo un hombre crece en la vida aferrado a la posesión de lo que le da seguridad y le termina haciendo rico: la tierra. Un hombre que comienza su ambiciosa andadura sin planificar,  buscando esposa como quien busca un buen lavaplatos. El objetivo es una esclava fea, porque como dice el anciano padre de Wang Lung, el protagonista, con ese sentido estricto del pragmatismo oriental: "Una que no sea muy joven. Y, sobre todo, que no sea bonita." Wang Lung no estaba de acuerdo con esa idea de su padre, y su padre se lo explica mejor: "¿Y qué hacemos con una mujer bonita? Necesitamos una mujer que cuide la casa y produzca hijos mientras trabaja los campos. ¿Hará estas cosas una mujer bonita? ¡Se pasará el tiempo pensando en vestidos que hagan juego con su cara! No; de ninguna manera ha de haber una mujer así en nuestro hogar. Nosotros somos gente labradora. Además, ¿quién ha oído hablar de una esclava hermosa, y perteneciente a una casa, que fuera virgen? Todos los jóvenes señores se habrían servido de ella, y mejor es ser el primero de na mujer fea que el centésimo con una beldad". De esta manera, Wang Lung comprendió que su padre tenía razón y, aún así, puso dos condiciones, ya que se había de conformar con una mujer fea: "Al menos, no quiero una mujer picada de viruelas o que tenga el labio superior hendido? Y su padre que se siente compadecido por el hijo, responde: "Veremos qué hay para escoger".

Esto no es más que un botón de muestra de cómo se encaminara la novela hasta el final, porque aun cuando Wang Lung llegue a ser un rico terrateniente y respetado por el pueblo, su vida se verá de  manera aprisionada entre el deseo de hacer lo que desea y la imposibilidad de hacerlo. Y lo bueno es que transmite al lector un espejo de deseos incumplidos como a todo hijo de vecino. En esta novela, de forma más cruda y apiñada, porque en algo más de 400 páginas, se recoge la vida de nuestro personaje desde su etapa de juventud, humildad y pobreza, -cuando se casa- hasta su fallecimiento ya de viejo.

Hijos, esposa, concubina, pobreza y riqueza, hambre y abundancia... Todo forma un mosaico en la vida de Wang y en la de cualquiera que la hayamos leído. Pero hay un personaje que genera ternura y descanso a lo largo de la vida de este hombre, que no es ni más ni menos su hija la "tontita", una pobre subnormal que su papel no es más que estar ahí, junto a su padre, sin hacer nada, sin resolver nada, sin pedir nada, solo callada con su hilo entre sus deditos dándole vueltas, esperando a que su padre la mire y ella le sonría.  Siendo un bebe de tres años, a la que todavía no la han adivinado su enfermedad mental, la salva sin darse cuenta de venderla como esclava y es la que al final de sus días le da el reposo y la felicidad de una amor seguro que no pide nada a cambio.

Recomiendo esta novela. Se la recomiendo a los lectores que busquen historias que aporten sentido a su vida, que disfruten de una lectura suave, cuyos hechos le chocarán con fuerza en su interior.

Os propongo el trailer de la película realizada en 1937, dirigida por Sidney Franklin, que aunque promete ser fiel 100% a l novela, no lo es. Y como siempre, la novela es mejor que la película.

Con sumo placer, os pongo el texto de mi breve presentación al libro La habitación de al lado, de Silvia Laforet, que tuvo lugar el día 20 de marzo en la librería Neblí de Madrid. En esta ocasión trato el estilo narrativo y los personajes de la novela.Estamos ante una nueva oportunidad para acompañar a Silvia Laforet y hablar de su novela En la habitación de al lado.

presentación NEBLIEn esta ocasión, me gustaría hablar de la parte estructural de la novela. La vez anterior traté el tema de la profundidad del mensaje de la obra y quedó claro su valor literario trascendente y, solo para puntualizarlo, recordaré con titulares algunos de los elementos que más me llamó la atención de aquella disertación:

1º Es la historia de María –la protagonista-, corta, pero intensa. Dura, peo dulcemente narrada. Es el recorrido de la vida de una persona más en el mundo, pero que como toda vida es única y particular.

2º Si de algo nos habla esta novela, es del destino. El destino es la certeza etérea que nos ayuda a encauzar nuestra vida. El destino es lo que somos a pesar de lo que somos.

3º La protagonista se abandona de sí misma y se deja llevar por el mundo, rechazando su destino.

4º Solo con el amor, llegará descubrir que su propio destino era ella misma.

Ahora hablaré, de la confección de la narración y los personajes que dan vida a la historia en La habitación de al lado.

La narración. En una novela, ¿cuánto se distancia el autor de la obra? Es decir, ¿hasta qué punto está el autor involucrado en la historia que se cuenta? Porque cuando una novela se escribe, se confecciona una ficción, que muchas veces es un billete de vuelta de las experiencias de vida del propio autor. La narración como concepto, pretende ser algo real –o muy de ficción- para que el lector encuentre el gancho natural con la vida que vive él como persona. Pero el debate de la ficción-real o la ficción-ficción es baladí, ya que sea como sea, lo que vale al final es cómo afecta al lector.

Una novela puede estar basada en un hecho real y por lo tanto podemos encontrarnos con elementos que nos acercan a ella porque conocemos parte de lo contado de manera previa. Pero también puede ser pura ficción y dentro de la ficción un relato imposible o de rasgo realista. Silvia crea un clima realista, cercano y comprensible para personas maduras, donde se verán reflejados de alguna forma.

Una de las características es que no hay formas descriptivas. El texto de En la habitación de al lado empuja al lector párrafo a párrafo, hoja a hoja, hasta el final. Pero no provoca desasosiego, aunque sí cierta desazón, sobre todo en lectores de vida experimentada y que ven al personaje principal –María- cómo se estrella inevitablemente en el “pasado”, por una decisión tomada en un segundo de su vida, aunque lo esté leyendo como un presente vivido por él en un acto real, sin calificar la temporalidad.

La novela creada puede ser provocada o inspirada. La primera tiene una intención cuyo objetivo es comunicar al lector algo concreto. No necesariamente deben pertenecer al autor como algo propio, como por ejemplo “Rebelión en la granja”, donde el gran George Orwell monta este cuento de animales para hablarnos de la dominación del mundo y las masas domesticadas -por cierto cada vez más actual-. Sin embargo, la novela inspirada surge del autor como una gota de sudor, como fruto del gozo o el sufrimiento de su interior. Surge sin ninguna pretensión a priori, pero que termina cerrándose como cierra cada capítulo de nuestra vida.

Silvia Laforet usa un estilo directo, en primera persona, está poco coloreado. La ambientación es parca porque son los hechos y los personajes los que realmente rellenan la trama de la novela. Aun así, las escenas se suceden una tras otra como una especie de soga que ata al lector, que a su vez va siendo abducido por la trama. Sin duda se trata de un estilo elegante, un palabreo cuidado y no por eso pedante. Es una manera de narrar dulce que seduce porque lo cuenta con lenta paciencia que compensa lo intenso de los sucesos.

Los personajes. Hay una pregunta valiente que todo autor debiéramos hacernos al terminar de escribir una novela: ¿Cuántos de los personajes son frustraciones que salen a la luz? Pero la respuesta pertenece a la intimidad de cada cual. También de cada lector.

Es normal que en la trama ordinaria de una novela haya personajes necesarios que, como en el cine, actúan de secundarios para dar sentido o potenciar al protagonista; pero también están los accesorios, aquellos otros que rellenan el plano de la acción… ¡los extras en el cine! En el caso de En la habitación de al lado, debido a su parca puesta en escena, todos los personajes son necesarios porque todos los personajes son radios del eje de María, la protagonista que nos lleva de la mano hasta el final de la trama.

En esta historia, todos los personajes son activos, los vivos y los muertos, porque todos tienen un papel con el que de alguna forma influyen en María a la hora de actuar, ya sea acercándose o huyendo de sí misma. Todos están allí, como una sombra que le habla al oído, proponiéndole una acción conectora con la vida en el exceso y/o el defecto.

Lo que si pasa es que no hay diferencia de estilo entre Silvia y sus personajes. Es una continuidad de su viaje, del interior al exterior, sin baches, sin cortocircuitos. Los actores son reales, queridos o deseados. Quizá todos tienen un poco de cada. Todos salen de Silvia y vuelven a ella, imanes como sujetos por una cinta de seda. Aunque esa cinta esté a veces fuertemente apretada y deje las marcas de sus ataduras en el interior.

Pero quisiera pararme brevemente en los personajes de En la habitación de al lado y estudiarlos de cerca. Lo fácil de la creación de los personajes son aquellos denominados estáticos. Es el personaje del escritor novel. Una especie de foto fija donde resalta los elementos que le caracterizan físicamente y con eso pretende el autor que el lector le conozca. Pongamos un ejemplo al azar:

“Aquel rostro de formas angulosas, bajo el tupido pelo oscuro y una ojeras amoratadas, recordaba a un forajido en su huida”.

Bien, personas como estas podemos encontrarlas en infinitud de situaciones y sirven como una especie de comodín para cualquier género. Los escritores novatos tratan de contar lo que sucede con personajes de cartón piedra, porque en general no tienen en cuenta que los personajes de una novela deben ser personas que viven y sienten y que por lo tanto justifica lo que dicen o lo que piensan en la escena de los hechos que muestran al lector. Los personajes deben ser directos, no ofrecer dudas en su planteamiento y 100% creíbles, porque la historia se comprime en los hechos y son las personas que dan sentido a lo que sucede.

Los personajes, al menos los principales, deben tener un cometido que den sentido propio a sí mismo y a cada momento de la historia. Por eso es más importante mostrar de ellos la complejidad del carácter o su personalidad. No es tan importante decir si es alto o pelirrojo, a no ser que esas partes de la foto sean imprescindibles para rematar la escena en la que este aparece.

Exceptuando los relatos biográficos, los personajes están expuestos a una ficción-realidad, de hecho hoy es una tendencia literaria. Incluso en los personajes que son ficción-ficción como con los vampiros, se muestran como ficción-realidad, rellenándolos de valores humanos  creíbles que nos acercan a ellos para comprenderlos mejor. Contrasta con los narraciones de Lewis Carroll en Alicia en el país de las maravillas, cuyo personaje ficción-realidad, Alicia, el resto son ficción-ficción, pero que son necesarios para plantear y resolver las paranoias de la niña.

en la habitación de al lado CUBIERTASilvia trabaja a sus personajes desde dentro de cada uno de ellos. Los muestra al lector desde sus pensamientos, sus reacciones, sus puntos de vista. ¡Eso sí es conocer al personaje! Es sí es comprender que lo que sucede en esa escena, tiene pies y cabeza, porque reconoces el hecho y comprendes qué y por qué hace lo que hace el personaje. Tomemos por ejemplo un personaje principal: Berta. Berta es una de esas personas que se convierte en un envolvente de la historia porque consigue que María camine segura por el pasillo de la duda. Lograr que un personaje se convierta en eso, hace totalmente prescindible la fisonomía de Berta. Pero veamos qué dice Silvia de Berta, cómo la presenta al lector:

Hoy hace diez años que Berta trabaja con nosotros. Me he dado cuenta nada más despertarme. Hoy comienza, al menos en el calendario, la primavera. Cuesta aún salir de entre las mantas, el frío llegó tarde pero no nos da tregua. El tiempo –meteorológico– está enloqueciendo. El cronológico a veces pienso que también. Al menos, parece volar.

Diez años ya, le digo a Berta en la cocina mientras remuevo el descafeinado soluble con la leche de soja. Sí, señora, qué barbaridad, me contesta. No he sido capaz de que me tutee en tanto tiempo, ni después de haber pasado juntas por trances que son propios de hermanas y no de la empleada del hogar y su empleadora.

Berta llegó del Caribe justo a tiempo para que yo no me tirara por una ventana…. [Pag. 39]

Esto quiero decir, cuando me refiero a conocer al personaje por dentro. No me importa si es baja o alta, negra o blanca, guapa o fea… Lo importante de un personaje es la faceta realmente humana para que pueda parecernos lo que es, no una careta que funciona como un muñeco reconocible en el cuento de un guiñol. Cuando hablamos de un personaje creíble, hablamos de un personaje que él mismo se lo cree y actúa en su papel con naturalidad, ya sea en una ficción de marcianos o una fábula de peces.

La protagonista de esta historia, María, es un personaje de ficción-real, signifique lo que esto signifique a quien sea, para bien o para mal. Podemos imaginar que se trate de una autobiografía escondida o la imagen de alguien que sucedió. Pero eso no importa. Lo que importa es el resultado que suscita en el relato y provoca en el lector.

En definitiva, el lector se encontrará frente a una historia creíble porque sus personajes lo son. Una historia hermosa porque trata de referencias tan humanas como el error, el dolor, el amor y la muerte. Una historia narrada en un estilo directo que te dirige a una trama que se convierte en algo necesario porque en cada página, en cada rincón de los párrafos podemos aparecer nosotros mismos y sorprendernos. Una novela intensa y magnífica que en palabras del doctor  Jesús Poveda: te zarandea y no te deja frío.

laforetiUna nueva oportunidad para conocer de cerca la novela En la habitación de al lado, de Silvia Laforet. Esta vez será en el escenario más apropiado que un libro puede tener: una librería, en esta ocasión es Neblí, en Madrid.

Me considero un hombre afortunado. Soy editor y escritor, y esto me lleva a la posibilidad de poder presentar al mundo buenas obras literarias, quizá más por lo de editor, pero sin duda mi faceta de escribir me lleva a hacerlo con más ahínco y a una sana envidia que me invita una y otra vez a hacerlo con textos ajenos. Quién me conoce y sabe de mis "trastos" en la cabeza, sabe que transmitir ideas sobre la persona y el reconocimiento de su dignidad es un potente motor que me empuja hacia delante. Es posible que esto sea lo que me llevó a fundar Sekotia, a abrir este blog, a ser tiwttero (@hptr2013) y a escribir o presentar libros como el que nos trae hoy.

Con motivo de que En la Habitación de al lado ha sido clasificada como obra finalista del III Premio Literario Troa "Libros con valores", hemos tenido la oportunidad de poder estar más cerca de los lectores y de la sede convocante para poder exponer con más fuerza el valor de la novela, porque soy de los que piensan que, si la obra no aporta algo al lector, el  trabajo de los artífices, el autor y el editor, ha sido en vano. Si has leído la novela y deseas votar por ella, puedes hacerlo el mismo día de la presentación.

En esta ocasión repito con la obra En la habitación de al lado y con la fortuna de hacerlo junto a su autora, Silvia Laforet. Ambos podremos dirigirnos a un público dispuesto a poner el listón alto, lo que insta a nuestra responsabilidad y que sin duda se verá expuesta a un duelo de calidad. En esta ocasión, mi breve discurso lo dirigiré hacia el estilo narrativo de Silvia y el enfoque de sus personajes.

¡Espero que nos veamos y conversemos todos los asistentes!Mailing_en-la-habitación-del-al-lado

En la habitación de al lado es la novela más intimista que he leído, publicado y hablado de ella de forma más entusiasta. Una historia de 96 páginas que te lees en un fin de semana y que te dura toda la vida.

en la habitación de al lado CUBIERTASilvia Laforet es sobrina de la famosa Laforet, de Carmen. Pero eso no significa que su luz sea prestada, porque no, porque de eso nada, y la prueba más contundente es esta obra breve que "te zarandea" en palabras de Jesús Poveda, con la que ha compartido ya dos títulos y la presentación de esta obra en el pasado año 2013.

En la sinopsis de la portada trasera, podemos leer:

Esta es una pequeña historia, una historia de aquí, dedicada a los que estáis más allá, en la habitación de al lado. Habla de forma sencilla y de cosas sencillas que nos ocurren a todos: la vida, la muerte y, en el intermedio entre una y otra, el amor, el desamor, la desesperación, la esperanza…”

Me hace gracia cuando se habla con esta facilidad de cosas sencillas y luego citas como ejemplos la vida, la muerte, el amor... pero lo cierto es que nuestras vidas son así de sencillas, porque realmente no podemos hacer nada en contra de eso, sobre todo de la muerte que es al final quien pone broche a nuestra existencia.

Pero cuando hicimos la presentación de En la habitación de al lado y yo di mi discurso como editor de la obra, me descolgué hablando de ella como si fuese propia, casi un robo, al menos en el sentimiento. Por si te interesa saber qué dije, te enlazo a mi discurso para no hacer esta entrada demasiado larga.

Solo puedo recomendarte esta obra de forma pasional. Si eres mujer, en la edad madura o en camino hacia ella, te encontrarás reflejada y acompañada. Si eres hombre descubrirás el sentir de la mujer, que sin entrar en feminismos lánguidos y acomplejados (que hoy día se da mucho), es mucho más profundo que el del hombre, quizá por ella tiene la llave de vida y eso la hace ser más así.

Y como remate de la ilusión profesional y personal que me une a esta novela y a su autora, solo me gustaría decirte que ha merecido la denominación de la Fundación Troa como obra finalista de III Premio Literario Troa "Libros con valores", a la que te animo vivamente y entres a la votación de las obras finalistas y votes por ella, o no... como quieras.