Ahora que la mujer ha adquirido la posición que le corresponde por dignidad y derecho, parece que los poderes institucionales están haciendo con los varones lo que no quisieron para sus hijas.
Nos encontramos a una desolada ministre de Igualdad Irene Montero, rota, llorosa, quejosa, porque el mundo no comprende el beneficio de la LIVG o Ley Integral sobre Violencia de Género. Lo ha hecho a través de un breve mensaje que no tiene nada de espontáneo, leído de la planilla del protocolo globalista con matices de Pablo Iglesias que no puede -o no quiere- evitar, y que dice así: “Durante el año 2021, 13 mujeres han sido asesinadas por violencia de género. Hablamos de 1.091 mujeres desde el año 2003. En esta última semana han sido asesinadas cuatro mujeres y un niño de siete años, el hijo de una de ellas. Nos sitúan en un escenario de alerta machista. Por ello hemos convocado con urgencia una reunión del Pacto de Estado, una herramienta que como saben es de consenso, y del más alto nivel a nivel político, a nivel institucional, a nivel social. No hemos llegado a tiempo para esas mujeres que han sido asesinadas y hemos acordado impulsar un plan de mejora y de modernización de las herramientas y de las actuaciones disponibles para luchar contra la violencia de género”.
¿Por qué no escuchan a los expertos, esos que se ganan la vida porque saben de algo en concreto mucho más que el resto de la población? No quieren porque como otras, no se trata de una ley que trate de armonizar a la sociedad, sino que es una imposición ideológica, y lo del bien común no va con ellos
La respuesta a este mensaje no puede ser nada más que retórica: ¿por qué no escuchan a los expertos, esos que se ganan la vida porque saben de algo en concreto mucho más que el resto de la población? No quieren porque como otras, no se trata de una ley que trate de armonizar a la sociedad, sino que es una imposición ideológica, y lo del bien común no va con ellos. Como bien anota Marina de la Torre en Twitter, los científicos que investigan sobre los múltiples factores que intervienen a la hora de que suceda una agresión en pareja, insisten en que “el único factor es el machismo”, porque lo importante es seguir en la poltrona. En una línea similar, también en la misma red social, Carlos Hernández Franco, Doctor en Criminología, apunta: lo hemos dicho los peritos criminólogos y gente de seguridad a todo el que nos pregunta: esto de basar la lucha contra la violencia en una imposición ideológica y convertirlo en negocio, no soluciona nada. Desde 2004 estamos igual.
Haré un ejercicio de análisis de algunas de las partes de la parrafada de Irene que merecen algunas observaciones, porque la aparición de este tipo de actuaciones no son baladí, y tras ellas hay un nuevo encumbramiento de los políticos que vuelven a dividir una y otra vez a la sociedad, que parece ser que es la treta que ha funcionado siempre y que Rodríguez Zapatero puso en marcha con aquello que dijo a Iñaki Gabilondo de vamos bien, ¡pero necesitamos más tensión!
Seguimos con aquello que Rodríguez Zapatero puso en marcha, dijo a Iñaqui Gabilondo: "vamos bien pero necesitamos más tensión"
Hablamos de 1.091 mujeres desde el año 2003. Ni son pocas, ni son muchas, si lo comparamos con otros fenómenos como la droga, el sida, el tráfico y no digamos nada la Covid-19 o el aborto, en especial el selectivo. Pero en vez de hacer autocrítica, en vez de preguntarse en qué está fallando su política, echa la culpa al mundo. Lo hace desde la ignorancia o el afán de superioridad que caracteriza en general a los políticos, que jamás reconocen sus errores, ni los personales ni los del partido.
Nos sitúan en un escenario de alerta machista. Por aquí asoma la podemización del mensaje. ¿Recuerdan aquello de “alerta fascista” cuando Andalucía votó mayoritariamente conservadora? No son democráticos y sí son sectarios, porque no respetan la opinión ajena y tratan de imponer siempre su razón desde la fuerza o por la ley, como han hecho los bolivarianos escalando por la democracia hasta que la han convertido en su palanca para que otros nunca más sean votados.
… una reunión del Pacto de Estado, una herramienta que como saben es de consenso, y del más alto nivel a nivel político, a nivel institucional, a nivel social. Efectivamente, hay un consenso cerrado bajo el paraguas de la Agenda 2030 porque todos los partidos están sometidos al globalismo ideológico que capitanean las fuerzas neoliberales del que parece que hoy por hoy se libra Vox. El resto, sean de izquierdas o derechas, rupturistas o constitucionalistas, cierran filas a la destrucción de la antropología del ser humano y a trocear a la sociedad. Por esta razón pongo en duda que “a nivel social” haya tanto consenso como presume la ministre.
…hemos acordado impulsar un plan de mejora y de modernización de las herramientas. Les traduzco porque esta línea es compleja: hemos acordado inflar a la sociedad a base de más de chiringuitos para que se conviertan en policía urbana y jueces de la calle, y fomentar el clientelismo dándoles más dinero de las arcas del Estado, guste o no. Punto.
Hemos acordado inflar a la sociedad a base de más chiringuitos para que se conviertan en policía urbana y jueces de la calle, y fomentar el clientelismo dándoles más dinero de las arcas del Estado, guste o no. Punto
España, como buen estado miembro europeo, se ha acostumbrado a resolver todo con dinero, normas y leyes que obligan o prohíben, nunca aportando soluciones eficaces donde la conciencia individual sea capaz de tomar decisiones morales, no solo legales. Las mujeres seguirán muriendo asesinadas, los hombres suicidándose y la sociedad rota en mil pedazos como un cristal apedreado.