Soichiro Honda fue el ingeniero y empresario japonés, fundador de la empresa Honda Motors Co. Supervisando e innovando desde un pequeño taller de bicicletas a motor, consiguió crear una de las mayores empresas del mundo; una multinacional que fabricaba desde motocicletas hasta automóviles. Sin duda Honda contribuyó a la expansión del parque móvil japonés después de la Segunda Guerra Mundial, participando en el diseño de motores más pequeños para bicicletas, para luego pasar a modelos de motos y coches más económicos y de bajo consumo. Pero todo empezó con la continuidad del trabajo y una idea quizá imposible, empezando y fracasando una y otra vez, quizá por eso ya desde la cima del éxito pudo decir: Mi emoción más grande es cuando pienso algo y falla. Entonces mi mente se llena de ideas sobre cómo puedo mejorarlo.
La carrera del escritor está llena de papel blanco por delante e ideas en forma de vapor dentro de la cabeza. En realidad el escritor que se empeña en serlo es lo que hoy llamamos con cierta energía emprendedor. Ya sabe, esas personas que ponen en marcha con entusiasmo y determinación un negocio por el que están dispuestos a asumir cierto riesgo económico y/o de otra índole.
Unas veces es la idea quién triunfa sobre el papel pero en otras ocasiones, hay aspectos que influyen de forma, a veces decisiva, en la obra y son las tendencias editoriales a las que los grandes terminan apuntándose también para demostrar que sí, que son tan buenos y que valen para todo.
Los autores emprendedores también viven pendientes de la aparición de oportunidades para crear nuevas historias, analizan a los colegas y están atentos a los cambios de gusto, quizá influidos por el cine, más directo y agresivo en llegar al consumidor. Mira a las tendencias de grandes editoriales, modas, nuevas necesidades y preferencias... Y no solo en los temas, también en la forma de narrar, incluyendo pequeños clic en la historia con el que le da cierta vivacidad, etc. Son capaces de acometer un proyecto rechazado por la mayoría porque creen en él. Y también, como otros muchos emprendedores de otros sectores, dejarán sin acabar proyectos porque ya no lo ven claro o sus propias fuerzas le abandonan. En escritura, no todo tiene final feliz, ni tampoco todo se escribe del tirón. Hay obras que llevan escribirlas el poso añejo que la obra requiera y el autor determine.
Las tendencias narrativas son bucles de modas a las que todos, lectores y escritores, se someten. Cada uno por diferentes motivos pero también todos son coincidentes en el tiempo porque hay un elemento que decide por todos: el editor. Hemos hablado ya en otros editoriales de SomosLibro sobre la función del editor, pero viene bien recordar que la obra del autor, sin el riesgo del editor, no llega al lector. Este es hecho real no coloca a unos por encima de otros, porque todos al fin son piezas de un mismo todo.
¿Tendencias? Sí, tendencias en la escritura, no solo en la ropa… Ahora parece que lo que se estila en ventas es la novela erótica, la preferencia juvenil con aspectos de fantástico y, aunque todavía coletea la novela histórica, se abre camino de manera definitiva la recuperación de clásicos de toda la vida. También se abre hueco otra vez la novela policíaca, el misterio y el suspense. Y cae en picado la novela romántica, aunque siempre tendrá adictos incondicionales.
En cuanto al estilo narrativo, cada vez es más minimalista, muy directo al asunto. Rapidez en lo descriptivo, que roza casi el minimalismo, y diálogo, mucho diálogo. Se le da mucha importancia a lo que se dice y a lo que sucede. Cada vez es menos importante el aspecto envolvente de la escena: no importa si el protagonista dijo aquello en el jardín y si era bonito o lo dijo en un parking frío y oscuro; ahora lo que el lector busca es lo que dijo el personaje y que sintió al decirlo. Sentimientos y hechos, eso es lo que funciona. ¿Y esto por qué? Porque la sociedad es cada vez más visual y tiene menos tiempo que perder. Quiere fotos rápidas y acción, que las páginas vayan rápidas para empezar un nuevo título. Las series de televisión, la mensajería instantánea como whatsapp o la economía lingüística de tiwtter influye de manera directa en la cultura del consumo de la lectura y aunque existan lectores de grandes novelas con cientos de páginas en cuerpo 10, la acción narrativa y el estilo es el mismo, porque calidad y cantidad nada tienen que ver con tendencias y gustos de lectura.
Si deseas oír el programa entero que incluye la ENTREVISTA a Antonio María Ávila -Director General de la Federación de Gremio de Editores de España- y la TERTULIA, con José Menéndez Hernández, y David Escudero Puedes hacerlo clicando sobre la imagen.