Domésticos fue una recopilación de relatos cortos cuyos protagonistas no son las personas, sino los animales qued e una forma u otra conviven con nosotros, yas ea po compañía o como pura industria ganadera.
Estos relatos no pasan inadveridos. Son en general una vía de escape a mi manera de pensar sobre qué y/o cómo está introduciéndose en nuestras vidas un sentimiento deforme respecto de nuestra relación con los animales, de puro sentimentalismo. Sustituyen, a veces peligrosamente, la jerarquía afectiva posponiéndo al ser humano a una posición de competencia con los animales (especialmente perros y gatos) que, por el comportamiento libre del ser humano, y aunque a veces sea errado, terminamos justificando el "amor" cautivo de la mascota, que se convierte en nuestro paño de lágrimas.
Se trata de cuatro relatos que quiren decir algo, no solo contar una historia. Los escribí bajo los seudónimos de Elías Galán, Hernando Local y Cecilio Sanz
El primero de todos, Lunas Negras, lo escribí del tirón. Narra la vida solitaria de un joven pastor y sus problemas de relación. Mantiene conversaciones con su perro, Víctor, al que da ordenes para que dirija y controle a las ovejas. EL veterinario del pueblo descubre una serie de hechos que le llevan a buscar ayuda para el pastor, proporcionándole una novia, pero que nunca llegará a fraguar en una relación sentimental. FInalmente, el perro y las ovejas discuten en la cabaña y se produce un incendio calamitoso.
El segundo relato es Mi amigo y yo. El protagonista sufre sueños aterradores cuya esposa no toma en serio. Su vida, desde la niñez, con la imagnación desbocada por los juegos con su mejor amigo, era un permanente hervidero de extrañas circunstancias. Pero el azar -extraño azar- le lleva a reencontrase con su amigo de infancia, gracias al perro de este. Es muy corto y creo que genera en el lector la misma sensación de ansiedad que sufre el protagonista.
El tecer relato es casi un cuento de niños: Mi amada hormiga. Se trata de un campesino que por medio de un sueño maravilloso se hace amigo de una hormiga. La hormiga le invita a conocer su hormiguero y ambos se introducen por las galerías. El campesino se maravilla de la organización y la laboriosidad de todas las compañeras de su amiga. También conoce a la reina del hormiguero de la que se retira con cierto miedo de ella. Pero al final, cuando se terminan conociendo más... ¡Pero el final pone a cada uno en su sitio!
La afición de don Bosco no es relato para todos los públicos. Me refiero más al mensaje final en sí, que a las escenas explícitas. Es el mundo al revés. Un mundo donde las sensaciones de vida terminan dándose la vuelta y te golpeán. Se trata de un viejo matrimonio de pájaros canarios. Él, don Bosco, es un militar jubilado y su mujer decide comprarle una mascota para que se entretenga. Cuando la mujer llega a su casa, prepara una sorpresa a don Bosco, y al ver su marido el interior de la jaula se encuentra con una pareja de humanos, macho y hembra, jóvenes que terminarán reproduciéndose. Y el final es feliz... ¡o no! Esa es la cuestión. Me veo en la obligación de avisar sobre la dureza del relato.